Jonás 4: 2-3 La mente legalista
2 Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no
es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a
Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte,
y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal.
3 Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites
la vida; porque mejor me es la muerte que la vida.
Comentario:
La plática que Jonás
tiene con Dios se me hace muy interesante, cosa que la mayoría no acostumbra hacer,
orar con Dios en forma conversacional. Muy molesto, le dijo a Dios: —¡Ya lo
decía yo, mi Dios, ya lo decía yo! Hiciste lo que pensé que harías cuando aún
estaba en mi tierra. Por eso quise huir lejos de ti. »Yo sé que eres un Dios
muy bueno; te compadeces de todos y es difícil que te enojes. Eres tan cariñoso
que, cuando dices que vas a castigar, después cambias de opinión y no lo haces.
Todos podemos ser
hombres patriotas, pero Jonás encuentra difícil separar su patriotismo y
desviada teología de su conocimiento del carácter de Dios.
La mente de Jonás es
muy estrecha en esta ocasión. Jonás revela aquí por qué no quería ir a Nínive.
No quería el perdón para los ninivitas, los quería destruidos; en esto se
revela su patriotismo. No entendía que el Dios de Israel, su Dios, era también
el Dios del mundo entero. Esto revela la estrechez de su mente.
Lo mismo ocurre hoy
con la gente legalista, tienen mente estrecha, son patriotas con las
tradiciones, pero poco les importa que la gente se salve. Recuerdo yo cuando
era adolescente, solía tener diferencias con mis líderes, porque tenían mente
estrecha. No me permitían tocar la guitarra en los cultos y mis amigos de la
secundaria concurrían para escucharme tocar la guitarra. Cuando dejé de
hacerlo, dejaron de interesarse por los cultos. Los líderes pensaban en un Dios
con mucho patriotismo, creyendo que Dios solo se agradaba de lo que ellos hacían
o de las cosas que no permitían se hicieran en la iglesia. Tenemos un Dios de
amor para el perdido y no un Dios patriota a una sola causa. Dios ama a todos y
poco le interesan los métodos, aunque éstos deben ser coherentes y bíblicos,
con tal que los Ninivitas se conviertan. Eran los peores enemigos de Israel,
pero Dios los amaba. Yo creo que muchos hoy en día no permiten cosas que Dios
si permite, porque viven en el ostracismo religioso, “cosas tales como: No manejes, ni gustes, ni aun
toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres)” Colosenses 2:21-22
¿Te sorprende cuando
ciertas personas se entregan a Dios? ¿Tendrás una visión tan estrecha como la
de Jonás? No debemos olvidar que, en realidad, nadie merece el perdón de Dios.
Jonás prefería morirse antes que Dios perdonara a un pecador y si hablamos de
120.000 más se quería morir. La mente legalista opina igual.
En la vida cristiana
todos olvidamos alguna vez la misericordia de Dios. Qué pronto hizo lo mismo
Jonás, olvidado lo misericordioso que fue Dios con él cuando estaba dentro del
pez (2:9-10) y sintiéndose feliz cuando Dios lo salvó, pero qué furioso se puso
cuando Nínive se salvó.
Aprendamos la
lección de la misericordia y seamos equilibrados.
Rubén Pelegrina
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