lunes, 21 de noviembre de 2011

Salmo 130 Esperanza del que espera en Dios

Salmos 130:1-8 De lo profundo, oh Jehová, a ti clamo.
2  Señor, oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica.
3  JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse?
4  Pero en ti hay perdón, para que seas reverenciado.
5  Esperé yo a Jehová, esperó mi alma; en su palabra he esperado.
6  Mi alma espera a Jehová más que los centinelas a la mañana, más que los vigilantes a la mañana.
7  Espere Israel a Jehová, porque en Jehová hay misericordia, y abundante redención con él;
8  Y él redimirá a Israel de todos sus pecados.

Comentario:

El tema general del salmo podría ser la esperanza, vista desde un punto de referencia en que el salmista está desesperado por la realidad espiritual de todo un pueblo. Y esa esperanza para limpieza total de los pecados de Israel no vendría sino hasta cientos de años más tarde cuando Cristo viniera a redimir sus pecados e iniquidades (Isaías 53:11 y Juan 1:14).
El v.8 muestra lo que todo el salmo trata de explicar. Es un clamor profundo y un pedido intenso para que Dios mire los pecados y aun así ellos pudieran continuar de pie como un centinela y un vigilante a la mañana (v. 6).
La esperanza es la “espera” de algún bien, sea éste material o espiritual, y ¿quién no transita las horas del día pensando en algo que desea, o quisiera ver ansiosamente? Todo ser humano mientras vive, espera. Esta esperanza siempre está ligada con la confianza, pero a la vez es la espera ansiosa de conseguir aquello que aún no se tiene. La esperanza de por sí no es una garantía si no está acompañada de fe. En nuestro caso es la fe en nuestro Dios que es todopoderoso y que para él no hay nada imposible.
La esperanza que tiene por objeto a Dios, tiene tres aspectos: la espera del futuro, la confianza y la paciencia de la espera. En estos momentos yo puedo dar testimonio personal de que estos tres aspectos se cumplen con seguridad. Mi familia y yo nos estamos trasladando de una ciudad a otra y para esto hace falta esperar en el futuro sin mirar atrás, tener mucha confianza que lo que viene está siendo preparado por Dios mismo y zambullirse dentro de la paciencia hasta que llegue el momento en que la esperanza sea cumplida.
Esto, que era verdad para los judíos que esperaban una liberación, es válido también hoy para nosotros ¿hemos recibido y gozado de todo lo que Jesús nos prometió? Quizás no. Todo nos ha sido dado, pero lo tenemos que esperar. Así como el centinela aguarda la madrugada, el creyente espera la venida de Cristo, lo cual es aquello mismo o parecido que esperaban  los judíos para experimentar el perdón de pecados.
Debemos esperar únicamente lo que Dios ha prometido en su palabra. Como los que desean ver el amanecer, deseosos que la luz venga mucho antes que llegue el día, pero con más ganas todavía. Que todos los que se dedican al Señor, permanezcan en Él con alegría, es mi deseo. Esta redención que vendrá es de todo pecado, pronto se acabará el gemir y el dolor. Jesucristo salva a su pueblo de sus pecados y del poder censurador y dominante del pecado.

Rubén Pelegrina

viernes, 11 de noviembre de 2011

Salmo 129 Sufrimiento a causa de los enemigos

Salmos 129: 1-8 Mucho me han angustiado desde mi juventud, puede decir ahora Israel;
2  Mucho me han angustiado desde mi juventud; mas no prevalecieron contra mí.
3  Sobre mis espaldas araron los aradores; hicieron largos surcos.
4  Jehová es justo; cortó las coyundas de los impíos.
5  Serán avergonzados y vueltos atrás todos los que aborrecen a Sion.
6  Serán como la hierba de los tejados, que se seca antes que crezca;
7  De la cual no llenó el segador su mano, ni sus brazos el que hace gavillas.
8  Ni dijeron los que pasaban: bendición de Jehová sea sobre vosotros; Os bendecimos en el nombre de Jehová.

Comentario:
Mientras los peregrinos subían al monte de Sión en las tres festividades anuales cantaban también este salmo que habla bastante de sufrimientos. Mientras el Salmo 128 da un cuadro de prosperidad, el 129 nos muestra que también el pueblo de Dios sufre.
Leyendo el salmo podemos recordar tantas cosas de las que el Señor nos ha sacado, momentos increíbles de aprietos y problemas, momentos difíciles, con familiares, amigos, compañeros de trabajo, jefes, empleados, falsos hermanos, pero el Señor siempre ha sido el ánimo, la inspiración y la fortaleza para seguir adelante y no rendirnos, Él y solo por Él, tantas veces hemos salido adelante! Cuando recuerdo momentos que parecían tan oprimentes en mi vida, que preguntaba a Dios, ¿hasta cuándo? O le decía: ¡ya no más por favor, ya no más…! Inmediatamente contestó y ahora puedo decir con el salmista: “eso no prevaleció contra mí” (v.2).
El pueblo de Israel falló muchísimas veces buscando en la idolatría una forma más liviana de vivir, el Señor siempre los perdonó. Y esto es lo que va mencionando el salmista acá, viendo que a través de todo la mano del Señor siempre ha estado con su pueblo, pues el Señor es fiel y justo a pesar que nosotros le hagamos mal (v.4).
La metáfora, “cortó las coyundas o cuerdas…” puede tener doble significado. Por un lado señala que Dios liberó a los oprimidos, como el buey es librado cuando se cortan las cuerdas del arado. Las coyundas eran las correas que mantenían al buey unido al arado, mostrando que el Señor corto las ataduras con los impíos, los mismos que oprimieron y persiguieron a Israel.
Pero una segunda acepción señala que Dios cortó el poder de los angustiadores. Tanto el poder que provoca angustia, como el que provoca dolor físico son cortados.
La imagen de “arar sobre las espaldas” indica sufrimiento horrible, es una figura del azote o castigo físico (v.3). Jesús antes de su muerte soportó los horribles azotes del látigo de sus atormentadores, que laceraron su espalda (Juan 19:1). “Y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53: 4-5)
En el v.6 y hasta el final coloca un cuadro triste para la persona mala, será como una plantita que crece en una grieta del techo donde por falta de tierra apenas nace, muere. No da fruto y nadie puede fijarse en él. Y nada de lo que haga prosperará o será provechoso pues aborrece al mismo Dios y no bebe de la fuente de agua viva.
La figura de los que aborrecen a Dios es significativa, terminarán siendo transitorios (v.6), no tendrán éxito (v.7), no tendrán amigos y serán excluidos de la comunidad bendecida. Entonces nos alegramos porque no hay nada ni nadie que pueda atacar a un protegido hijo de Dios, “mas no prevalecieron contra mi” (v.2).

Rubén Pelegrina


jueves, 10 de noviembre de 2011

Salmo 128 ¿Quién es el hombre que recibe bendición?

Salmos 128: 1-6 Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos.
2  Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien.
3  Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa.
4  He aquí que así será bendecido el hombre que teme a Jehová.
5  Bendígate Jehová desde Sion, y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida,
6  Y veas a los hijos de tus hijos. Paz sea sobre Israel.

Comentario:
El salmo se desarrolla alrededor de un tema que poco se entiende o que no se le hace caso y se lo descuida, el temor de Dios. Esto no es miedo a Dios ni un extremo respeto por cuidado a ser castigado por Él. El temor de Dios implica un andar de acuerdo a sus normas y mantenerse siempre en su diseño, porque fuimos hechos a imagen y semejanza suya. Dios no nos creó exactamente como El, porque Dios no tiene cuerpo físico. En cambio, somos reflejo de la gloria de Dios. La imagen y semejanza tienen que ver con que tenemos la capacidad de reflejar su carácter en nuestro amor, paciencia, perdón, bondad y fidelidad.
Poseer temor de Dios es practicar la obediencia y amor con todo el respeto que se merezca todo lo que hagamos, sea de palabra o de hecho. La persona que depende de sí misma es la que no tiene temor de Dios, por esa razón nos dice el salmista que es bienaventurado el hombre que trabaja, prospera, mantiene una familia y descendencia siempre bajo el temor de Dios.
En el salmo el éxito se describe en términos de alimento, ropa, posición social, seguridad y procreación. Cada persona puede tener su propia definición del término “éxito” y no es condenable, pero lo importante es tratar de descifrar bajo qué conceptos lo incluye Dios.  Y los valores que se subrayan con el término “temor” incluyen amor, servicio, honestidad, integridad y oración entre otros, que son todos los valores de una vida de familia.
V.1 Comienza definiendo el primer concepto con el andar de acuerdo a sus caminos, es el que transita y sigue en Sus caminos.
V.2 El segundo concepto tiene que ver con el trabajo, disfrutarlo y ser feliz con él. Quien trabaja a regañadientes o por extrema necesidad no puede ser feliz.
V.3 El tercer concepto desafía a la familia, donde la mujer será como una vid llena de uvas y los hijos como plantas de olivo alrededor de la mesa. Todo lo que está escrito en el Antiguo Testamento, es un ejemplo para nosotros (1°Cor. 10:6)  en donde vemos, por medio de figuras, algunas verdades que se pueden trasladar a este tiempo (Rom.11:17-24).
Al describir el hogar del hombre temeroso del Señor, se muestra en una figura las características de Jesús que tiene por esposa a la iglesia, una fecunda vid; pero también muestra los tiempos que le corresponden a los hijos en el reino de Dios.
El caminar del cristiano (v.1) comienza cuando es metido como olivo, pero que evoluciona y es incluido en la vid. Todos estos simbolismos son propicios para un estudio más profundo, pero termino diciendo que Jesucristo es la vid verdadera (Juan 15:1-6), si deseamos hacer algo, separados de él nada podremos realizar, tenemos que estar conscientes que la base de nuestra vida debe de ser solamente El Señor Jesucristo, sólo por Él hay salvación para la humanidad (Hechos 4:12)

Rubén Pelegrina

jueves, 3 de noviembre de 2011

Salmo 127 La prosperidad viene de Dios

Salmos 127:1-5  Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican;
 Si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia.
2  Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar,
 Y que comáis pan de dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño.
3  He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.
4  Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud.
5  Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado
 Cuando hablare con los enemigos en la puerta.

Comentario:
En este Salmo se destacan tres asuntos que a menudo son motivo de preocupación en cualquier persona común: la vivienda, la seguridad y la familia.
Si usted quiere que sus sueños se realicen debe saber que la prosperidad, la seguridad y la familia vienen de Dios. Si nos esforzamos en sentir constantemente el “temor de Dios” en nuestra vida, podemos estar seguros que Dios no sacará sus ojos de nosotros y ciertamente nos prosperará. Muy fácilmente podemos vivir nuestra propia vida y querer superarnos sobre muchas otras personas, cosa que no está mal, pero esa prosperidad lograda puede desvanecerse al día siguiente si no viene de arriba. Tenemos que recordar que Dios está tomando apuntes de nuestra vida y Él tiene el control para prosperarnos, porque es nuestro padre y no desea el mal para los que andan bien y le agradan.
V.1 Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican”. La imagen del constructor es adecuada para revelar lo que éste hace cuando una casa ha sufrido los embates de un huracán o sismo o el propio desgaste del tiempo, y lo que cada persona puede hacer es solucionar el problema mediante las propias fuerzas o entregar el asunto a Dios.
V.2 El salmista no combate el trabajo personal, sino el trabajo hecho con ansiedad que hace a muchos esclavos de su trabajo. "Pierden el tiempo ustedes, que se levantan temprano y se acuestan tarde para comer un pan conseguido con sufrimiento porque Dios da a quien ama, aun mientras duerme." (V.PDT) ¿Por qué desesperar si Dios está tomando apuntes de nuestra vida?
Los resultados del esfuerzo humano siempre tendrán resultados limitados, pero lo que se hace por Dios y en las fuerzas de él, tendrá abundante fruto permanente.
El salmista no habla solamente de construir la casa o la ciudad, sino también guardarla. “Si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia”.
Vs 3-5 “He aquí, herencia de Jehová son los hijos”. Ahora pone mucho énfasis en la familia, que en el plan de Dios, parte del gozo y la bendición del ser humano es disfrutar de su familia. A la larga los hijos son una ventaja, y lo puedo decir por experiencia personal, mi esposa está cuidando a su mamá en el lecho de muerte y mi hijo me salvó la vida en una ocasión. Los hijos son defensores, saetas figurativas, (v.4) de sus padres en un mundo en guerra y en los problemas que esto causa.
La última frase muestra que esta cobertura de bendición no excluye problemas ni ataques del enemigo. Aun en este contexto de bendición estamos en una sociedad donde hay luchas, problemas y enemigos.

Rubén Pelegrina

martes, 1 de noviembre de 2011

Salmo 126 Oración por la restauración

Salmos 126:1-6 Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, seremos como los que sueñan.
2  Entonces nuestra boca se llenará de risa, y nuestra lengua de alabanza; entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos.
3  Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; estaremos alegres.
4  Haz volver nuestra cautividad, oh Jehová, como los arroyos del Neguev.
5  Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.
6  Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.

Comentario:
Me agrada mucho el comienzo de este salmo, y todo el mismo que transmite una energía de libertad y sueños indescriptibles. Si alguien tuvo la ocasión de estar prisionero, o en una cárcel o visitando uno de estos lugares, puede entender lo que siente un ser humano cuando obtiene la noticia de libertad, o la libertad misma.
V.1 “Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, seremos como los que sueñan”. En la Biblia, Sión no es únicamente un monte, sino que espiritualmente nos trae un mensaje a todos los contemporáneos, los que forman o que pertenecen a la iglesia del Señor. Por eso en este texto dice cuando el Señor hiciere volver la cautividad de Sión, que significa cuando el Señor nos hiciere libres seremos como los que sueñan.  Pero, ¿Qué cosas soñaremos? Y ¿cómo soñaremos? Bueno es observar lo que representan para nosotros las liberaciones de Dios, para que nos regocijemos en ellas. ¡Y cómo debiera valorarse la salvación que tenemos del poder del pecado y de Satanás!
Veamos algunos sueños bíblicos que hay en la Palabra.
Como Adam que fue un creativo por la mano de Dios, entró en un profundo sueño y de su costado salió Eva su amada compañera (Génesis 2:21-22)
Como Abraham poseedores del  pacto de tener la tierra (Génesis 15:12, 17 y18)
Como Jacob con el sueño en Bet-el, un conocedor de la Gloria de Dios, vio la escalera y ángeles que subían y bajaban. (Génesis 28: 11-15 “He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho”). También podemos nosotros conocer la dimensión y la gloria de Dios y que no nos dejará, si nos entregamos a la lectura de la Palabra y comunión con Él.
Podemos ser como José el soñador, conocedores de nuestro destino (Génesis 37:7-8) y como Faraón preparándonos para el futuro (Génesis 41:1-7) ¿Qué más queremos soñar?
Vs 2-3 Debemos saber que “nuestra boca se llenará de risa, y nuestra lengua de alabanza”. La angustia no es una condición permanente. Aun nuestras lágrimas pueden ser semillas que produzcan cosechas de gozo debido a que Dios puede sacar algo bueno de una tragedia o de alguna desventura. Cuando la tristeza nos abrume, debemos saber que esos momentos de angustia terminarán pronto y que una vez más encontraremos el gozo. Debemos tener paciencia cuando esperamos. “Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán” (v.5) las lágrimas desempeñan un papel único en nuestro crecimiento espiritual y dejan un espíritu de regocijo en el sembrador. Este es el “ministerio de las lágrimas”, o la “oración líquida” como lo definía Charles H. Spurgeon. “Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas”, los manojos de trigo como cosecha superabundante. (v.6) Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; estaremos alegres (v.3)

Rubén Pelegrina