lunes, 21 de noviembre de 2011

Salmo 130 Esperanza del que espera en Dios

Salmos 130:1-8 De lo profundo, oh Jehová, a ti clamo.
2  Señor, oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica.
3  JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse?
4  Pero en ti hay perdón, para que seas reverenciado.
5  Esperé yo a Jehová, esperó mi alma; en su palabra he esperado.
6  Mi alma espera a Jehová más que los centinelas a la mañana, más que los vigilantes a la mañana.
7  Espere Israel a Jehová, porque en Jehová hay misericordia, y abundante redención con él;
8  Y él redimirá a Israel de todos sus pecados.

Comentario:

El tema general del salmo podría ser la esperanza, vista desde un punto de referencia en que el salmista está desesperado por la realidad espiritual de todo un pueblo. Y esa esperanza para limpieza total de los pecados de Israel no vendría sino hasta cientos de años más tarde cuando Cristo viniera a redimir sus pecados e iniquidades (Isaías 53:11 y Juan 1:14).
El v.8 muestra lo que todo el salmo trata de explicar. Es un clamor profundo y un pedido intenso para que Dios mire los pecados y aun así ellos pudieran continuar de pie como un centinela y un vigilante a la mañana (v. 6).
La esperanza es la “espera” de algún bien, sea éste material o espiritual, y ¿quién no transita las horas del día pensando en algo que desea, o quisiera ver ansiosamente? Todo ser humano mientras vive, espera. Esta esperanza siempre está ligada con la confianza, pero a la vez es la espera ansiosa de conseguir aquello que aún no se tiene. La esperanza de por sí no es una garantía si no está acompañada de fe. En nuestro caso es la fe en nuestro Dios que es todopoderoso y que para él no hay nada imposible.
La esperanza que tiene por objeto a Dios, tiene tres aspectos: la espera del futuro, la confianza y la paciencia de la espera. En estos momentos yo puedo dar testimonio personal de que estos tres aspectos se cumplen con seguridad. Mi familia y yo nos estamos trasladando de una ciudad a otra y para esto hace falta esperar en el futuro sin mirar atrás, tener mucha confianza que lo que viene está siendo preparado por Dios mismo y zambullirse dentro de la paciencia hasta que llegue el momento en que la esperanza sea cumplida.
Esto, que era verdad para los judíos que esperaban una liberación, es válido también hoy para nosotros ¿hemos recibido y gozado de todo lo que Jesús nos prometió? Quizás no. Todo nos ha sido dado, pero lo tenemos que esperar. Así como el centinela aguarda la madrugada, el creyente espera la venida de Cristo, lo cual es aquello mismo o parecido que esperaban  los judíos para experimentar el perdón de pecados.
Debemos esperar únicamente lo que Dios ha prometido en su palabra. Como los que desean ver el amanecer, deseosos que la luz venga mucho antes que llegue el día, pero con más ganas todavía. Que todos los que se dedican al Señor, permanezcan en Él con alegría, es mi deseo. Esta redención que vendrá es de todo pecado, pronto se acabará el gemir y el dolor. Jesucristo salva a su pueblo de sus pecados y del poder censurador y dominante del pecado.

Rubén Pelegrina

viernes, 11 de noviembre de 2011

Salmo 129 Sufrimiento a causa de los enemigos

Salmos 129: 1-8 Mucho me han angustiado desde mi juventud, puede decir ahora Israel;
2  Mucho me han angustiado desde mi juventud; mas no prevalecieron contra mí.
3  Sobre mis espaldas araron los aradores; hicieron largos surcos.
4  Jehová es justo; cortó las coyundas de los impíos.
5  Serán avergonzados y vueltos atrás todos los que aborrecen a Sion.
6  Serán como la hierba de los tejados, que se seca antes que crezca;
7  De la cual no llenó el segador su mano, ni sus brazos el que hace gavillas.
8  Ni dijeron los que pasaban: bendición de Jehová sea sobre vosotros; Os bendecimos en el nombre de Jehová.

Comentario:
Mientras los peregrinos subían al monte de Sión en las tres festividades anuales cantaban también este salmo que habla bastante de sufrimientos. Mientras el Salmo 128 da un cuadro de prosperidad, el 129 nos muestra que también el pueblo de Dios sufre.
Leyendo el salmo podemos recordar tantas cosas de las que el Señor nos ha sacado, momentos increíbles de aprietos y problemas, momentos difíciles, con familiares, amigos, compañeros de trabajo, jefes, empleados, falsos hermanos, pero el Señor siempre ha sido el ánimo, la inspiración y la fortaleza para seguir adelante y no rendirnos, Él y solo por Él, tantas veces hemos salido adelante! Cuando recuerdo momentos que parecían tan oprimentes en mi vida, que preguntaba a Dios, ¿hasta cuándo? O le decía: ¡ya no más por favor, ya no más…! Inmediatamente contestó y ahora puedo decir con el salmista: “eso no prevaleció contra mí” (v.2).
El pueblo de Israel falló muchísimas veces buscando en la idolatría una forma más liviana de vivir, el Señor siempre los perdonó. Y esto es lo que va mencionando el salmista acá, viendo que a través de todo la mano del Señor siempre ha estado con su pueblo, pues el Señor es fiel y justo a pesar que nosotros le hagamos mal (v.4).
La metáfora, “cortó las coyundas o cuerdas…” puede tener doble significado. Por un lado señala que Dios liberó a los oprimidos, como el buey es librado cuando se cortan las cuerdas del arado. Las coyundas eran las correas que mantenían al buey unido al arado, mostrando que el Señor corto las ataduras con los impíos, los mismos que oprimieron y persiguieron a Israel.
Pero una segunda acepción señala que Dios cortó el poder de los angustiadores. Tanto el poder que provoca angustia, como el que provoca dolor físico son cortados.
La imagen de “arar sobre las espaldas” indica sufrimiento horrible, es una figura del azote o castigo físico (v.3). Jesús antes de su muerte soportó los horribles azotes del látigo de sus atormentadores, que laceraron su espalda (Juan 19:1). “Y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53: 4-5)
En el v.6 y hasta el final coloca un cuadro triste para la persona mala, será como una plantita que crece en una grieta del techo donde por falta de tierra apenas nace, muere. No da fruto y nadie puede fijarse en él. Y nada de lo que haga prosperará o será provechoso pues aborrece al mismo Dios y no bebe de la fuente de agua viva.
La figura de los que aborrecen a Dios es significativa, terminarán siendo transitorios (v.6), no tendrán éxito (v.7), no tendrán amigos y serán excluidos de la comunidad bendecida. Entonces nos alegramos porque no hay nada ni nadie que pueda atacar a un protegido hijo de Dios, “mas no prevalecieron contra mi” (v.2).

Rubén Pelegrina


jueves, 10 de noviembre de 2011

Salmo 128 ¿Quién es el hombre que recibe bendición?

Salmos 128: 1-6 Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos.
2  Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien.
3  Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa.
4  He aquí que así será bendecido el hombre que teme a Jehová.
5  Bendígate Jehová desde Sion, y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida,
6  Y veas a los hijos de tus hijos. Paz sea sobre Israel.

Comentario:
El salmo se desarrolla alrededor de un tema que poco se entiende o que no se le hace caso y se lo descuida, el temor de Dios. Esto no es miedo a Dios ni un extremo respeto por cuidado a ser castigado por Él. El temor de Dios implica un andar de acuerdo a sus normas y mantenerse siempre en su diseño, porque fuimos hechos a imagen y semejanza suya. Dios no nos creó exactamente como El, porque Dios no tiene cuerpo físico. En cambio, somos reflejo de la gloria de Dios. La imagen y semejanza tienen que ver con que tenemos la capacidad de reflejar su carácter en nuestro amor, paciencia, perdón, bondad y fidelidad.
Poseer temor de Dios es practicar la obediencia y amor con todo el respeto que se merezca todo lo que hagamos, sea de palabra o de hecho. La persona que depende de sí misma es la que no tiene temor de Dios, por esa razón nos dice el salmista que es bienaventurado el hombre que trabaja, prospera, mantiene una familia y descendencia siempre bajo el temor de Dios.
En el salmo el éxito se describe en términos de alimento, ropa, posición social, seguridad y procreación. Cada persona puede tener su propia definición del término “éxito” y no es condenable, pero lo importante es tratar de descifrar bajo qué conceptos lo incluye Dios.  Y los valores que se subrayan con el término “temor” incluyen amor, servicio, honestidad, integridad y oración entre otros, que son todos los valores de una vida de familia.
V.1 Comienza definiendo el primer concepto con el andar de acuerdo a sus caminos, es el que transita y sigue en Sus caminos.
V.2 El segundo concepto tiene que ver con el trabajo, disfrutarlo y ser feliz con él. Quien trabaja a regañadientes o por extrema necesidad no puede ser feliz.
V.3 El tercer concepto desafía a la familia, donde la mujer será como una vid llena de uvas y los hijos como plantas de olivo alrededor de la mesa. Todo lo que está escrito en el Antiguo Testamento, es un ejemplo para nosotros (1°Cor. 10:6)  en donde vemos, por medio de figuras, algunas verdades que se pueden trasladar a este tiempo (Rom.11:17-24).
Al describir el hogar del hombre temeroso del Señor, se muestra en una figura las características de Jesús que tiene por esposa a la iglesia, una fecunda vid; pero también muestra los tiempos que le corresponden a los hijos en el reino de Dios.
El caminar del cristiano (v.1) comienza cuando es metido como olivo, pero que evoluciona y es incluido en la vid. Todos estos simbolismos son propicios para un estudio más profundo, pero termino diciendo que Jesucristo es la vid verdadera (Juan 15:1-6), si deseamos hacer algo, separados de él nada podremos realizar, tenemos que estar conscientes que la base de nuestra vida debe de ser solamente El Señor Jesucristo, sólo por Él hay salvación para la humanidad (Hechos 4:12)

Rubén Pelegrina

jueves, 3 de noviembre de 2011

Salmo 127 La prosperidad viene de Dios

Salmos 127:1-5  Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican;
 Si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia.
2  Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar,
 Y que comáis pan de dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño.
3  He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.
4  Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud.
5  Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado
 Cuando hablare con los enemigos en la puerta.

Comentario:
En este Salmo se destacan tres asuntos que a menudo son motivo de preocupación en cualquier persona común: la vivienda, la seguridad y la familia.
Si usted quiere que sus sueños se realicen debe saber que la prosperidad, la seguridad y la familia vienen de Dios. Si nos esforzamos en sentir constantemente el “temor de Dios” en nuestra vida, podemos estar seguros que Dios no sacará sus ojos de nosotros y ciertamente nos prosperará. Muy fácilmente podemos vivir nuestra propia vida y querer superarnos sobre muchas otras personas, cosa que no está mal, pero esa prosperidad lograda puede desvanecerse al día siguiente si no viene de arriba. Tenemos que recordar que Dios está tomando apuntes de nuestra vida y Él tiene el control para prosperarnos, porque es nuestro padre y no desea el mal para los que andan bien y le agradan.
V.1 Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican”. La imagen del constructor es adecuada para revelar lo que éste hace cuando una casa ha sufrido los embates de un huracán o sismo o el propio desgaste del tiempo, y lo que cada persona puede hacer es solucionar el problema mediante las propias fuerzas o entregar el asunto a Dios.
V.2 El salmista no combate el trabajo personal, sino el trabajo hecho con ansiedad que hace a muchos esclavos de su trabajo. "Pierden el tiempo ustedes, que se levantan temprano y se acuestan tarde para comer un pan conseguido con sufrimiento porque Dios da a quien ama, aun mientras duerme." (V.PDT) ¿Por qué desesperar si Dios está tomando apuntes de nuestra vida?
Los resultados del esfuerzo humano siempre tendrán resultados limitados, pero lo que se hace por Dios y en las fuerzas de él, tendrá abundante fruto permanente.
El salmista no habla solamente de construir la casa o la ciudad, sino también guardarla. “Si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia”.
Vs 3-5 “He aquí, herencia de Jehová son los hijos”. Ahora pone mucho énfasis en la familia, que en el plan de Dios, parte del gozo y la bendición del ser humano es disfrutar de su familia. A la larga los hijos son una ventaja, y lo puedo decir por experiencia personal, mi esposa está cuidando a su mamá en el lecho de muerte y mi hijo me salvó la vida en una ocasión. Los hijos son defensores, saetas figurativas, (v.4) de sus padres en un mundo en guerra y en los problemas que esto causa.
La última frase muestra que esta cobertura de bendición no excluye problemas ni ataques del enemigo. Aun en este contexto de bendición estamos en una sociedad donde hay luchas, problemas y enemigos.

Rubén Pelegrina

martes, 1 de noviembre de 2011

Salmo 126 Oración por la restauración

Salmos 126:1-6 Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, seremos como los que sueñan.
2  Entonces nuestra boca se llenará de risa, y nuestra lengua de alabanza; entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos.
3  Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; estaremos alegres.
4  Haz volver nuestra cautividad, oh Jehová, como los arroyos del Neguev.
5  Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.
6  Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.

Comentario:
Me agrada mucho el comienzo de este salmo, y todo el mismo que transmite una energía de libertad y sueños indescriptibles. Si alguien tuvo la ocasión de estar prisionero, o en una cárcel o visitando uno de estos lugares, puede entender lo que siente un ser humano cuando obtiene la noticia de libertad, o la libertad misma.
V.1 “Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, seremos como los que sueñan”. En la Biblia, Sión no es únicamente un monte, sino que espiritualmente nos trae un mensaje a todos los contemporáneos, los que forman o que pertenecen a la iglesia del Señor. Por eso en este texto dice cuando el Señor hiciere volver la cautividad de Sión, que significa cuando el Señor nos hiciere libres seremos como los que sueñan.  Pero, ¿Qué cosas soñaremos? Y ¿cómo soñaremos? Bueno es observar lo que representan para nosotros las liberaciones de Dios, para que nos regocijemos en ellas. ¡Y cómo debiera valorarse la salvación que tenemos del poder del pecado y de Satanás!
Veamos algunos sueños bíblicos que hay en la Palabra.
Como Adam que fue un creativo por la mano de Dios, entró en un profundo sueño y de su costado salió Eva su amada compañera (Génesis 2:21-22)
Como Abraham poseedores del  pacto de tener la tierra (Génesis 15:12, 17 y18)
Como Jacob con el sueño en Bet-el, un conocedor de la Gloria de Dios, vio la escalera y ángeles que subían y bajaban. (Génesis 28: 11-15 “He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho”). También podemos nosotros conocer la dimensión y la gloria de Dios y que no nos dejará, si nos entregamos a la lectura de la Palabra y comunión con Él.
Podemos ser como José el soñador, conocedores de nuestro destino (Génesis 37:7-8) y como Faraón preparándonos para el futuro (Génesis 41:1-7) ¿Qué más queremos soñar?
Vs 2-3 Debemos saber que “nuestra boca se llenará de risa, y nuestra lengua de alabanza”. La angustia no es una condición permanente. Aun nuestras lágrimas pueden ser semillas que produzcan cosechas de gozo debido a que Dios puede sacar algo bueno de una tragedia o de alguna desventura. Cuando la tristeza nos abrume, debemos saber que esos momentos de angustia terminarán pronto y que una vez más encontraremos el gozo. Debemos tener paciencia cuando esperamos. “Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán” (v.5) las lágrimas desempeñan un papel único en nuestro crecimiento espiritual y dejan un espíritu de regocijo en el sembrador. Este es el “ministerio de las lágrimas”, o la “oración líquida” como lo definía Charles H. Spurgeon. “Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas”, los manojos de trigo como cosecha superabundante. (v.6) Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; estaremos alegres (v.3)

Rubén Pelegrina

jueves, 27 de octubre de 2011

Salmo 125 La magnífica protección de Dios

Salmos 125: 1-5  Los que confían en Jehová son como el monte de Sion, que no se mueve, sino que permanece para siempre.
2  Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, así Jehová está alrededor de su pueblo desde ahora y para siempre.
3  Porque no reposará la vara de la impiedad sobre la heredad de los justos; no sea que extiendan los justos sus manos a la iniquidad.
4  Haz bien, oh Jehová, a los buenos, y a los que son rectos en su corazón.
5  Mas a los que se apartan tras sus perversidades,
 Jehová los llevará con los que hacen iniquidad; paz sea sobre Israel.
Comentario:

El comienzo del salmo pudiera ser el tema de todo el salmo, la confianza. “Los que confían en Jehová son como el monte de Sion, que no se mueve, sino que permanece para siempre”.
¿Qué es lo que nos puede producir tal confianza para que en medio del más grave problema podamos descansar sin temor alguno? Estudiaremos esto.
Del contenido del salmo, deducimos que fue escrito en Jerusalén en un tiempo cuando una nación extranjera gobernaba o controlaba la ciudad (v.3). Y el énfasis está en la protección de Dios, lo que les impulsaba a una responsabilidad de mantener esa confianza en Él. Este es el principio número uno de la firme confianza, de la que no se mueve del lugar en donde está puesta. Cuando mantenemos la confianza en Dios a pesar de las pruebas, ya sea por obstáculos superados en el pasado o por una alta convicción y fe en Dios, es cuando la confianza se hace firme, no se mueve, sino que permanece estable y segura como un monte.
En el v.2 la figura representada es de un pueblo rodeado por una muralla a forma de castillo o fortaleza. ¿Y quién podrá penetrar para dañar o afectar a un pueblo rodeado por el mismo dador de la vida?
V.3 El pueblo de Dios, Israel,  había recibido un territorio por heredad y aquel gobernante perverso que los controlaba, no permanecería sobre ellos. El salmista lo adelanta con gran confianza. Su deseo es para que así estos justos no extiendan sus manos hacia el delito, porque cuando los impíos dominan en el gobierno, algunos de los buenos son tentados a caer en los mismos actos malos. Entonces pide que Dios haga el bien a la gente buena, a los que son honestos.
Este mismo ambiente reinará, si no lo hay ahora mismo, cuando la pecaminosidad humana que arruina el ideal de Dios sobre la tierra, esté llegando al límite permitido por Dios y será entonces cuando Dios ejecute su juicio final. Pero esto no significa que Dios pueda perder el control, sino que el mal permanecerá solo hasta que Dios lo permita.
Los que se aferran a los caminos de Dios, aunque puedan tener problemas, obstáculos y dificultades en el pasaje, tendrán paz al final.
Las promesas de Dios y nuestra confianza fundada en éxitos pasados, deben dar vida a nuestras oraciones.

Rubén Pelegrina

martes, 25 de octubre de 2011

Salmo 124 Gratitud por haber sido librado sobrenaturalmente de los enemigos

Salmos 124:1-8 A no haber estado Jehová por nosotros, diga ahora Israel;
2  A no haber estado Jehová por nosotros, cuando se levantaron contra nosotros los hombres,
3  Vivos nos habrían tragado entonces, cuando se encendió su furor contra nosotros.
4  Entonces nos habrían inundado las aguas; sobre nuestra alma hubiera pasado el torrente;
5  Hubieran entonces pasado sobre nuestra alma las aguas impetuosas.
6  Bendito sea Jehová, que no nos dio por presa a los dientes de ellos.
7  Nuestra alma escapó cual ave del lazo de los cazadores; se rompió el lazo, y escapamos nosotros.
8  Nuestro socorro está en el nombre de Jehová, que hizo el cielo y la tierra.

Comentario:
Este salmo está enriquecido por las figuras que muestra, figuras que describen ferocidad, soberbia y rapacidad de los enemigos. Las amenazas de los enemigos son comparables al peligro de ahogarse (vs. 3-5) y también el estar aprisionado en una jaula (vs 6-7). ¿Y quién nunca ha sufrido algún tipo de mal parecido? Emplea un lenguaje visual con imágenes de aguas, fieras, cazadores para demostrar que a pesar de toda la carga de maldad que sostuvo, su gratitud a Dios es muy grande y manifiesta por haber sido librado.
El escritor alaba a Dios por las pasadas liberaciones de este poder enemigo, y también expresa su confianza respecto a las futuras. Da a Dios la gloria por el escape que han conseguido (vs 6-7), y de ahí toma ánimo para confiar en Dios en el presente y en el futuro (v. 8).
Vs 1-2 En estos versos repite: “A no haber estado Jehová por nosotros”, para poner de relieve el poder del Dios de Israel. Siempre que haya repetición en las Sagradas escrituras el énfasis está en la verdad de lo dicho y en el cuidado que se debe tener al respecto y también en el poder de Dios.  
Es mi deseo poner especial énfasis en el cierre del salmo por la manera de mostrar el socorro que sostiene Dios con los hijos que le entregan todo a Él y que confían plenamente en su mano. ¿Tiene usted problemas? Entréguelos a Dios.
Dios llevó a cabo una gran liberación a favor de ellos, entonces el salmista abandona la imagen de las aguas que le inundaron (vs. 4-5), metáfora frecuente de tribulación, para hablar del lazo de los cazadores que no sirvió para nada (vs. 6-7), porque cual ave que escapa, no por su propia fuerza, sino por alguien que rompe ese lazo, salió del asunto sin que el ave misma se aperciba del que le libertó.
La enseñanza queda clara, cuando la salvación parece imposible, ¡el Señor puede salvar! Claramente lo expresa el versículo 8: "¡Nuestro socorro está en el nombre de Jehová, que hizo el cielo y la tierra”, es decir, en la protección del Dios Todopoderoso. Sólo un Dios cuyo dominio es total, soberano y mundial puede hacer las cosas que nosotros no podemos; y este Dios es  consagrado eterno e inmortal que siempre permanece a nuestro lado.

Rubén Pelegrina

viernes, 21 de octubre de 2011

Salmo 123 Petición ansiosa de protección divina en medio de la aflicción.

Salmo 123 Petición ansiosa de protección divina en medio de la aflicción.


Salmos 123: 1-4 A ti alcé mis ojos, a ti que habitas en los cielos.
2  He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la sierva a la mano de su señora, así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros.
3  Ten misericordia de nosotros, oh Jehová, ten misericordia de nosotros, porque estamos muy hastiados de menosprecio.
4  Hastiada está nuestra alma del escarnio de los que están en holgura, y del menosprecio de los soberbios.

Comentario:

Este salmo expresa el sentir que el pueblo de Dios tiene en muchas ocasiones especialmente los que han estado sufriendo burla y desprecio de sus enemigos. A los judíos, al regreso del destierro, los vecinos paganos los hacían verse humillados y despreciados.
Siempre Dios está consciente de las burlas que sus hijos sufren y siempre podemos pedirle socorro.
Vs. 1-2 Al principio levanta la mirada a Dios; reconociendo su grandeza, majestad y señorío.
Alzar los ojos cerrados es una visualización llena de imaginación de lo que Dios es y puede hacer basado en lo que ya hizo en la vida pasada. Cuando el ser humano visualiza, mira algo conocido y cuando imagina ve algo que no conoce pero que ansía tener. Pero el salmista alza sus ojos bien abiertos, en pleno reconocimiento de Su grandeza y disposición al socorro mirando la mano de Dios.
Alzar los ojos a los cielos es ver todo lo que podemos ver a través de lo conocido por Su Palabra o por la experiencia, e imaginar también que Dios ya está obrando y que su mano se está moviendo.
Para entender el salmo debemos remitirnos a la vieja cultura hebrea.
En el oriente, a los siervos que atendían a sus amos, se les dirigía casi enteramente por señales, lo que requería que prestaran la mayor atención a las manos de éstos. Los siervos de Dios deben aprender a mirar la mano de Dios que dirige y señala la tarea y esperar que Su mano providente, nos dé la porción en el tiempo oportuno. “Mirar la mano del amo” es una figura gráfica de esta dependencia de Dios. La expresión, “la mano de Dios” se usa varias veces en Esdras y en Nehemías (Esdras 7:6, 9, 28; Esdras 8:18, 22 “la mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan”, v.31 y Nehemías 2:8,18).
Vs 3-4 Se habla del menosprecio y escarnio que sufrían, que son una forma de  persecución y una opresión para que se sintieran mal. Las palabras de menosprecio y escarnio hieren a veces nuestros sentimientos más que las heridas físicas que pudieran hacernos en la carne.
En todas las épocas los siervos de Dios lo han sufrido frente a los que no se someten al señorío divino, burlas diversas y deshonras que tratan de bajar el ánimo. El salmista con el pueblo piden compasión, que Dios intervenga y que haga algo para aliviarles del escarnio.
Es nuestro deber pedir por todos los que hoy sufren la mentira y la maldad, por los humillados, los marginados, que Dios manifieste su bondad.

Rubén Pelegrina


jueves, 13 de octubre de 2011

Salmo 122 Oración por la paz de Jerusalén

Salmos 122: 1-9 Yo me alegré con los que me decían: a la casa de Jehová iremos.
2  Nuestros pies estuvieron dentro de tus puertas, oh Jerusalén.
3  Jerusalén, que se ha edificado como una ciudad que está bien unida entre sí.
4  Y allá subieron las tribus, las tribus de JAH, conforme al testimonio dado a Israel, para alabar el nombre de Jehová.
5  Porque allá están las sillas del juicio, los tronos de la casa de David.
6  Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman.
7  Sea la paz dentro de tus muros, y el descanso dentro de tus palacios.
8  Por amor de mis hermanos y mis compañeros diré yo: La paz sea contigo.
9  Por amor a la casa de Jehová nuestro Dios buscaré tu bien.

Comentario:
De inicio se observa el gozo de poder asistir a un lugar que uno ama, en ese caso era el templo para congregarse con un buen grupo de judíos que acudían a Jerusalén para las tres fiestas anuales principales: la Pascua, las Primicias (Pentecostés) y Tabernáculos, con el propósito de alabar, adorar a Dios, meditar en Su Santa Palabra y convivir con quienes profesaban la mima fe. El escritor de Hebreos nos sugiere a nosotros hacer algo similar, “Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió…. no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.” (Hebreos 10:23 y 25)
La casa del Señor estaba en Jerusalén y los pies de estos peregrinos ya estaban dentro de la ciudad, a donde venían todas las tribus de Israel para alabar el nombre de Dios. No nos olvidemos nunca de darle culto. A toda persona humana se le permite vivir en dos mundos: el de aquí (terrenal) y el de las cosas eternas (espiritual). Pero corremos peligro de estar tan ocupados en las cosas de este mundo que olvidamos el otro. Al empezar y al terminar el día y de cuando en cuando en medio de nuestras actividades debemos apartarnos, aunque sea sólo un momento, y entrar en la presencia de Dios. Todos llevamos siempre con nosotros nuestro santuario íntimo, así que no nos olvidemos de entrar en él. O, lo que es lo mismo: no Le tengamos esperando a Él indefinidamente a la puerta.
Vs 5-6 “Porque allá están las sillas del juicio, los tronos de la casa de David. Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman”. Estos textos causan en la actualidad mucha confusión respecto al Reino de Dios. En Lucas 19 Jesús precisamente da una parábola (de las Diez Minas) por la misma razón: “…por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente” (Lucas 19:11-27). Pero notemos que Jesús no se detiene para reprenderles por esta “supuesta ilusa esperanza” de un reino Davídico restaurado en Jerusalén”, y tampoco les dice algo así como: “Oigan, hijos de Abraham, sepan que yo no voy a reinar en Jerusalén sino desde el cielo y con mi iglesia”. Tampoco les dice que su reino es “en el corazón de sus discípulos” o algo semejante. Él simplemente les narra una parábola para que entiendan que el reino davídico será efectivamente restaurado en Jerusalén, pero que aún tardaría hasta su regreso en gloria y vendría buscando los frutos de cada uno de nosotros. Este hecho destruye o fulmina todas las otras tesis del reino que aparecen por internet, y que perturban el verdadero mensaje.
V.9 “Por amor a la casa de Jehová nuestro Dios buscaré tu bien”.  Que nuestras oraciones no sean egocéntricas, sino deseando la bendición de los hermanos y la gloria de Dios.

Rubén Pelegrina

miércoles, 12 de octubre de 2011

Salmo 121 El Señor es tu guardador

Salmos 121:1-8  Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?
2  Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.
3  No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda.
4  He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel.
5  Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
6  El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche.
7  Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma.
8  Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.

Comentario:
Anteriormente dije que este salmo enfatiza el poder del Señor para guardar, librar, edificar y dar esperanza. Muchas veces durante la vida, las familias atraviesan por diferentes situaciones dolorosas, enfermedades, escasez de trabajo, pérdidas, separaciones o enfriamiento espiritual y el salmo que estamos leyendo nos ayuda a todos en estas experiencias.
Los mentalistas dicen que para relajar el cuerpo se deben cerrar los ojos y levantarlos o mirar ligeramente hacia arriba. El salmista dice que debemos levantar los ojos bien abiertos a los montes, a la creación, poniendo el énfasis en quién es Dios, el Dios de la creación (vs. 1- 2), el Dios de la historia de su pueblo (vs. 3- 4), de cada miembro de su iglesia (vs. 5- 6), y el Dios que nos cuida para siempre (vs. 7-8).
Durante el viaje de ascenso a Jerusalén el panorama que les rodeaba era montañoso y el salmista se sentía inseguro por los peligros del camino. En la religión cananea los montes, (especialmente un monte en el norte de Palestina), eran la habitación de los dioses. En este ambiente, el primer impulso mental del escritor es levantar la vista hacia los montes, pero para hallar el oportuno socorro que viene del Dios de la creación y no del dios de la religión.
Dios no nos ofrece un camino fácil a la Tierra Prometida, la celestial, pero si nos brinda un camino seguro. En la vida y en la muerte, esa es la seguridad que tenemos. El Señor está y estará con nosotros y al final de cuentas nos llevará con seguridad a nuestro hogar. El salmista, por inspiración divina y por experiencia propia, habló de la misericordia que el Señor nos brinda en el camino de la vida. Un camino que Jesús mismo dijo ser angosto y no prometió que sea sin dificultades (Mateo 7:14), al contrario, dijo que en el mundo tendremos aflicción, pero que debemos confiar porque él mismo lo ha vencido (Juan 16:33).
Me gusta la frase final donde expresa que guardará la salida y la entrada desde ahora y para siempre, expresión que involucra todos los aspectos de la vida, y esta protección será segura siempre! ¿Cómo nos salva Dios? Dios nos salva “en medio” de los problemas. Dios entra en nuestras experiencias y nos ayuda a través de ellas. Dios no salvó a José de la cárcel, sino que estuvo con él en la celda; a Daniel no lo salvó del foso de los leones; lo salvó en el foso de los leones y de ellos cerrándoles la boca. Dios no salvó a David del gigante Goliat, pero le permitió acertar en el blanco y matar al gigante. Esta es la forma en que Dios se manifiesta en la vida de sus hijos, cuando la vida corre con el sol de día y la luna de noche, no nos aísla de eso, sino que nos saca y protege. Dios nos ama y está con nosotros en las experiencias para ayudarnos y sostenernos.

Rubén Pelegrina





lunes, 10 de octubre de 2011

Salmo 120 Oración ante el peligro de la lengua engañosa

 Salmos 120: 1-7 A Jehová clamé estando en angustia, y él me respondió.
2  Libra mi alma, oh Jehová, del labio mentiroso, de la lengua fraudulenta.
3  ¿Qué te dará, o qué te aprovechará, oh lengua engañosa?
4  Agudas saetas de valiente, con brasas de enebro.
5  ¡Ay de mí, que moro en Mesec, y habito entre las tiendas de Cedar!
6  Mucho tiempo ha morado mi alma con los que aborrecen la paz.
7  Yo soy pacífico; mas ellos, así que hablo, me hacen guerra.

Comentario:
Con el salmo 120, que es anónimo, comienza una serie de quince salmos llamados “graduales” o de las subidas, y dicen los estudiosos que pueden llamarse así porque los cantaban en el viaje de peregrinación a Jerusalén en las tres grandes festividades del año, mientras subían al monte Sión (1° Reyes 12:27-28). Es increíble y sorprendente que usaran dichas palabras para cantar, y en este caso pudiera ser que lo cantaban citando los falsos testimonios que daban los samaritanos acerca de ellos. Con solo conocer esta introducción ya podemos descubrir el porqué de las palabras intrigantes del salmo.
Este salmo expone una situación de aflicción; el segundo o 121 enfatiza el poder del Señor para guardar, librar, edificar y dar esperanza; y el tercero (122) tiene el tema de la seguridad en Sion; en el Señor.
En la primera actitud destructiva con que nos enfrentemos debemos enfatizar el poder de Dios para ayudar y darnos esperanza, sabiendo que él es nuestra confianza.
La actitud del salmista a causa del labio mentiroso y de la lengua engañosa, es clamar a Dios, porque buscaban encubiertamente destruirle como diríamos “por debajo”. ¿Te sientes abrumado por alguna situación de lengua engañosa y labio mentiroso que esté tratando de destruir tu reputación o poniendo en tela de duda tu vida? Eleva tu voz a Dios y Él te responderá, no tardará.
V.4 Algunas frases llamativas son: “Agudas saetas de valiente”, que son como flechas puntiagudas de guerreros—son las condenas que causan destrucción o sentimientos de desgracia y pérdida;  “brasas de enebro”—que retienen el calor por largo rato, describiendo así el carácter de los perversos. Nadie puede asegurar no haber pasado por alguna situación similar.
Vs 5-7 El salmista vive en un mundo que no puede dar paz, al igual que nosotros, ¿quién se encuentra seguro en este mundo? Descubrimos que después de varios miles de años todo permanece igual. Mesec eran las tribus del noroeste que habitaban en la región del Cáucaso, y Quedar  las tribus árabes al sudeste. Ambos lugares representan los pueblos gentiles o paganos que no adoraban al Dios verdadero, pueblos agresivos y  mentirosos que vivían en el desierto. Los que no conocen a Dios se identifican con las mismas características,  por la violencia y el engaño, aborrecen la paz, no están tranquilos si no actúan violentamente, viven en un desierto, de modo que los pacíficos les molestan (v. 7).
Ser pacificadores y hacer la paz es el camino al cual Dios nos ha llamado, así que debemos intentar, con esmero y oración, ser pacificadores. “El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño; Apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala.  Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal”. (1° Pedro 3: 10-12)

Rubén Pelegrina

miércoles, 5 de octubre de 2011

Salmo 119 La excelencia de la Palabra de Dios (22° Parte)

Salmos 119:169-176  Llegue mi clamor delante de ti, oh Jehová; dame entendimiento conforme a tu palabra.
170  Llegue mi oración delante de ti; líbrame conforme a tu dicho.
171  Mis labios rebosarán alabanza cuando me enseñes tus estatutos.
172  Hablará mi lengua tus dichos, porque todos tus mandamientos son justicia.
173  Esté tu mano pronta para socorrerme, porque tus mandamientos he escogido.
174  He deseado tu salvación, oh Jehová, y tu ley es mi delicia.
175  Viva mi alma y te alabe, y tus juicios me ayuden.
176  Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, porque no me he olvidado de tus mandamientos.  Tau

Comentario:
Si usted mira este salmo en una Biblia hebrea, verá que cada línea en las veintidós secciones empieza con una letra hebrea deferente, que fue elaborado como un dispositivo para ayudar en la memorización del salmo. Si hoy tuviésemos que aprender el salmo por razones de que no hay manera de tenerlo a mano, nos costaría bastante trabajo memorizarlo por la extensión del mismo. Debemos saber aprovechar las oportunidades que nos brinda el tiempo moderno para leerlo a cada instante que se nos ocurra y en cualquier biblia.
La primera sección empezó con la primera letra del alfabeto hebreo, y la segunda con la segunda letra y así sucesivamente.  Este patrón continuó por el salmo hasta que todas las veintidós letras del alfabeto hebreo han sido usadas en orden, y aquí estamos en la última (tau) que es una forma de resumen de todas las peticiones que manifiesta el salmo. Llegamos entonces al fin de las veintidós secciones de ocho textos cada una.
Vs.169-170 En estos dos primeros versos el salmista pide lo que todos nosotros podemos pedir: tener comprensión y luego obtener la liberación del mal que nos aqueja.
Vs 171-172 Expresa algo así como si una persona que tiene mucho conocimiento y no sabe alabar a Dios, no ha aprendido nada. El salmista sabe valorar correctamente lo que tiene, el conocimiento que le ha dado Dios y por eso le expresa alabanzas.
La fe cobra vida cuando aplicamos las Escrituras a las tareas y preocupaciones diarias. Necesitamos entendimiento para discernir y también el deseo de aplicar las Escrituras donde necesitamos ayuda. La Palabra es como una medicina: solo actúa cuando la aplicamos en las áreas afectadas.
Vs.173-174 Cuando estudiamos la Biblia todos los días y no solo el escucharla en la iglesia el domingo, llegamos a amarla y ésta formará parte de nuestra vida.
La Palabra de Dios nos da sabiduría y conocimiento y eso nos permite obtener el éxito en todo lo que emprendemos.
La frase “he escogido” y “he deseado” muestra una preferencia de Dios a todo otro objeto de deleite.
Vs.175-176 Haber andado errante como oveja extraviada o perdida, y por tanto absolutamente impotente para salvarse y un tiempo negligente en su deber de obediencia y fidelidad, nunca le olvidó el mandamiento que le había sido enseñado. Nunca es tarde para volver al redil, nunca es demasiado tarde para arrepentirnos y regresar a casa. Dios espera amoroso y ha preparado una fiesta cual la historia del Hijo Pródigo, un festín para el hijo arrepentido.

Rubén Pelegrina

lunes, 3 de octubre de 2011

Salmo 119 La excelencia de la Palabra de Dios (21° Parte)

 Salmos 119:161-168  Príncipes me han perseguido sin causa, pero mi corazón tuvo temor de tus palabras.
162  Me regocijo en tu palabra como el que halla muchos despojos.
163  La mentira aborrezco y abomino; tu ley amo.
164  Siete veces al día te alabo a causa de tus justos juicios.
165  Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo.
166  Tu salvación he esperado, oh Jehová, y tus mandamientos he puesto por obra.
167  Mi alma ha guardado tus testimonios, y los he amado en gran manera.
168  He guardado tus mandamientos y tus testimonios, porque todos mis caminos están delante de ti.       Sin

Comentario:

Un pasaje del apóstol Pedro es muy motivante para dar comienzo a este devocional, basado en una lámpara que alumbra en cualquier lugar donde hay obscuridad.
La Palabra de Dios es lámpara a nuestros pies y lumbrera a nuestro camino.
“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;” 2° Pedro 1:19
Esto tiene una importancia práctica de primera. Para gozarse y sentir paz al leer la Palabra de Dios hasta que Cristo venga por los suyos, hay que tener en cuenta algunos requisitos. Pedro está diciendo que nadie tiene derecho a interpretar la Escritura, para usar su propia palabra privadamente. Entonces, ¿cómo hay que interpretarla? Para contestar a esa pregunta debemos hacernos otra: ¿Cómo recibían aquellos profetas su mensaje? Lo recibían del Espíritu. Alguna vez hasta se ha dicho que el Espíritu de Dios usaba a los profetas como un escritor usa un lápiz o un músico su instrumento. En cualquier caso, el Espíritu le daba al profeta Su mensaje. La conclusión obvia es que solamente con la ayuda de ese mismo Espíritu se puede comprender el mensaje profético.
En la iglesia donde concurro, solemos decir a los hermanos cuando vienen a consultarnos, que ellos deben sintonizar el Espíritu Santo orando y leyendo la Palabra de Dios cuando hay dudas acerca de algunos temas, porque a nosotros como consejeros nos corresponde guiar, pero al fin el que tiene la última palabra es Dios.
Para poner por obra los mandamientos y guardar los testimonios o Su Palabra, debemos remitirnos a vivir una vida en el Espíritu de Dios. No podemos arbitrar bien nuestra vida nosotros solos.
El salmista ha guardado los mandamientos de Dios porque sabía que todas sus acciones estaban presentes a los ojos de Dios. Si el Espíritu va con uno por doquier y se manifiesta con nosotros debemos guardarnos de cumplir todo, aún lo más ínfimo.
La constante en este salmo es “guardar”, un guardar obediente que emana del amor, un guardar obediente que busca complacer. El Amor aparece en cada párrafo de este espacio que comentamos: el corazón constante guarda con diligencia su amor por las enseñanzas del Señor (v.163) con un odio correspondiente por lo falso, lo imaginario; la vida constante goza de paz (plenitud; paz con Dios, con la gente y paz en la mente; una vida completa) como consecuencia de amar la enseñanza del Señor (v.165); el “guardador” constante es motivado por el amor a lo que el Señor ha testificado de sí mismo (v.167). La vida que ha decidido ser constante, aún bajo presión y resulta enriquecida tiene paz; pero también se topa con conflictos morales, porque no existe la constancia sin desafíos. La opción está puesta sobre la mesa, sobre qué amar y qué odiar; la lucha es por seguir pacientemente hasta que Dios actúe. Pero es la obediencia la que define al amor y es la obediencia lo que complace al Señor (v.168).
Rubén Pelegrina

jueves, 29 de septiembre de 2011

Salmo 119 La excelencia de la Palabra de Dios (20° Parte)

Salmos 119:153-160  Mira mi aflicción, y líbrame, porque de tu ley no me he olvidado.
154  Defiende mi causa, y redímeme; vivifícame con tu palabra.
155  Lejos está de los impíos la salvación, porque no buscan tus estatutos.
156  Muchas son tus misericordias, oh Jehová; vivifícame conforme a tus juicios.
157  Muchos son mis perseguidores y mis enemigos, mas de tus testimonios no me he apartado.
158  Veía a los prevaricadores, y me disgustaba, porque no guardaban tus palabras.
159  Mira, oh Jehová, que amo tus mandamientos; vivifícame conforme a tu misericordia.
160  La suma de tu palabra es verdad, y eterno es todo juicio de tu justicia. Resh

Comentario:
En tres ocasiones en este párrafo, el escritor pide en forma urgente ser vivificado (vs.154, 156 y 159). ¿Qué significa vivificar?  Significa hacer vida, hacer manifiesto, dotar de vida a una cosa, hacer más vivo, fortalecer. Pide que su vida sea llena de vida para hacer manifiestas la salvación y la Palabra de Dios en su vida para otros.  Este urgente deseo debería mover nuestros sentimientos para experimentar una emoción similar y aspirar de igual manera tener salud plena para movernos hacia un testimonio de vida ejemplar y manifestar a la gente dicha plenitud. A veces estamos como muertos, sentados, acostados o en reposo y no deseamos estar de pie o caminar y menos, correr ni siquiera volar. La vida consta de niveles a superar en forma gradual y mental. Pasar del nivel de caminata, al de correr y también al de volar. (Isaías 40:31  “pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”). El secreto está en Dios, en saber esperar en Él y ser vivificados con poder de Dios que viene de la intimidad y relación personal, comunión y afinidad con su Palabra.
Cuando Dios haya empezado su obra de gracia en nosotros, la perfeccionará. Él ayuda a los que, en humilde dependencia de Él, se ayudan a sí mismos. Su vigor será según el día. En el poder de la gracia de Dios, nuestras almas pueden ascender por sobre el mundo nivel tras nivel. Se puede correr alegremente por el camino de los mandamientos de Dios. Estemos atentos contra el descreimiento que puede venir al leer tales promesas,  y erradiquemos la confianza en uno mismo. Si vamos adelante por nuestra propia fuerza, desmayaremos y caeremos totalmente; pero teniendo nuestros corazones y esperanzas en el cielo, seremos llevados nivel tras nivel por sobre todas las dificultades y seremos dotados para echar mano del premio de nuestra alta vocación en Cristo Jesús.
En Juan 6:63, en cuanto a vivificar, encontramos lo siguiente: “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”.
Mientras más nos aferremos a la palabra de Dios, como nuestra regla y nuestro apoyo, más seguridad tendremos de liberación de toda opresión y angustia que aceche nuestra vida como enemigo espía.
El hombre que es constante en el camino de su deber no tiene que temer a nadie, aunque tenga muchos enemigos.
Nuestra obediencia complace a Dios, y a nosotros nos permite sentirnos bien, pero eso únicamente cuando proviene de un principio de amor.
V.160 Una de las características de Dios que más me gusta es la veracidad porque como hombres somos mentirosos. Su Palabra personifica la verdad perfecta y, por lo tanto, no puede mentir.

Rubén Pelegrina



martes, 27 de septiembre de 2011

Salmo 119 La excelencia de la Palabra de Dios (19° Parte)

Salmos 119:145-152  Clamé con todo mi corazón; respóndeme, Jehová,  y guardaré tus estatutos.
146  A ti clamé; sálvame, y guardaré tus testimonios.
147  Me anticipé al alba, y clamé; esperé en tu palabra.
148  Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, para meditar en tus mandatos.
149  Oye mi voz conforme a tu misericordia; oh Jehová, vivifícame conforme a tu juicio.
150  Se acercaron a la maldad los que me persiguen; se alejaron de tu ley.
151  Cercano estás tú, oh Jehová, y todos tus mandamientos son verdad.
152  Hace ya mucho que he entendido tus testimonios, que para siempre los has establecido.  Cof

Comentario:
Basándonos en algunas palabras claves del texto tales como “clamé”, “clamar”,  definiremos el clamor antes de dar paso al comentario.
Lo que el salmista hace, es llamar desde el corazón con una exclamación intensa y con deseos de obtener una pronta respuesta ya que quiere guardar todos los decretos de Dios.
A todos nos ha pasado alguna vez que requerimos algo de Dios de una manera tan intensa que estaríamos dispuestos a guardar hasta los detalles más pequeños que Él desea con tal de obtener dicho requerimiento. Es muy probable que hayamos pedido algo difícil humanamente y quisimos que Dios responda muy rápido. Viene bien recordar las palabras del profeta: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” Isaías 41:10. Es clave saber que la palabra “siempre” no fue colocada por pretexto, sino por Dios mismo. Dios siempre ayuda aunque eso signifique para nosotros una espera o una respuesta negativa.
El comentario  de la Biblia Siglo XXI divide este párrafo en dos partes y lo compara con Santiago 4:8 “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros.” La primera parte: los vs.145–148 mencionan un acercamiento a Dios por parte del salmista  “acercaos a Dios” y la segunda, los vs 149–152, la aproximación de Dios al hombre, “y él se acercará a vosotros”.
Cof, ayuda al salmista a destacar esta necesidad de clamar a Dios cada día. Pero antes de llegar al análisis de la respuesta divina encontramos lo que es un fuerte índice de maldad manifestándose para impedir recibir con tranquilidad la respuesta del Todopoderoso. Debemos saber que Dios está “Cercano” (v.151) que es una palabra que implica “pariente cercano”. El Señor ha ofrecido ser nuestro pariente cercano quien, en nuestra incapacidad, hace suyas nuestras necesidades. Su cercanía entonces se relaciona con su misericordia, fidelidad cariñosa prometida y mano extendida; y nuestra seguridad de que él es nuestro pariente cercano se basa en su propio testimonio inalterable de lo que él es y lo que hace.
No debe desanimarnos el “tiempo de Dios” que para nosotros pueda parecer largo, sabiendo que es necesario.

Rubén Pelegrina



miércoles, 14 de septiembre de 2011

Salmo 119 La excelencia de la Palabra de Dios (18° Parte)

Salmos 119:137-144  Justo eres tú, oh Jehová, y rectos tus juicios.
138  Tus testimonios, que has recomendado, son rectos y muy fieles.
139  Mi celo me ha consumido, porque mis enemigos se olvidaron de tus palabras.
140  Sumamente pura es tu palabra, y la ama tu siervo.
141  Pequeño soy yo, y desechado, más no me he olvidado de tus mandamientos.
142  Tu justicia es justicia eterna, y tu ley la verdad.
143  Aflicción y angustia se han apoderado de mí, mas tus mandamientos fueron mi delicia.
144  Justicia eterna son tus testimonios; dame entendimiento, y viviré. Tsade

Comentario:
Para entender cabalmente este párrafo es necesario conocer algo del idioma o cultura hebrea. El salmista hace hincapié en la justicia de Dios, que en el AT enfatiza la rectitud de Dios y su justa acción, “de acuerdo con su propia rectitud”. El salmista muestra el contraste entre la perfecta justicia de Dios y la de los enemigos que  se olvidan Sus palabras, los oidores olvidadizos.  También muestra el contraste entre su propia pequeñez (v. 141) y la maravilla de estar relacionado con un Dios tan grande justo y perfecto. Esto es como una paradoja, los piadosos, si bien son despreciados por los hombres, son distinguidos en los ojos de Dios por el respeto que tienen para la ley de Dios.
La justicia hoy es un valor determinado por la sociedad y no por Dios. Nació de la necesidad de mantener la armonía entre los hombres y se creó un conjunto de reglas y normas humanas que establecen un marco que parece adecuado, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de individuos e instituciones y esto nada tiene que ver con lo que Dios dice y manda.
Aprovecharé la situación que nos brinda el pasaje para explicar algunos puntos importantes sobre la justicia de Dios.
La palabra justicia significa: Dar a cada quien lo que le corresponde. Muchas personas creen que la justicia de Dios consiste en que recibirían el apoyo de Dios en sus conflictos. Y la expresión de moda es “Dios es justo”, indicando que Dios castigará a sus enemigos.
Debemos tomar en cuenta cual es la visión general de Dios al manejar su justicia. Su Palabra nos dice: Mateo 5:45 “para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos; porque El hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos”. Partiendo de esta base, Dios hace justicia dándole a cada quien su recompensa o su paga. La justicia de Dios está basada en sus propias leyes y no en lo que a nosotros nos parece justo, y todo lo que Dios ha dicho es una ley y nadie la puede contradecir sin caer en desobediencia y recibir su castigo. Sólo Dios puede juzgarnos. Nosotros no vemos nada más que las acciones exteriores de alguna persona; sólo Dios ve los secretos del corazón. Hay muchas personas que exteriormente son un modelo de rectitud y humanamente son declaradas justas, pero en sus pensamientos íntimos son culpables delante de Dios y ahí es cuando Dios analiza y ejerce Su justicia. Y hay otras muchas personas que puedan ser declaradas  culpables en juicio humano que juzga las cosas externas, pero ante la mirada penetrante y escrutadora de Dios no lo son.
Por esta razón concluyo con las palabras del v. 144  “Tus estatutos son siempre justos; dame entendimiento para poder vivir”.
Rubén Pelegrina

jueves, 8 de septiembre de 2011

Salmo 119 La excelencia de la Palabra de Dios (17° Parte)

Salmos 119:129-136  Maravillosos son tus testimonios; por tanto, los ha guardado mi alma.
130  La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples.
131  Mi boca abrí y suspiré, porque deseaba tus mandamientos.
132  Mírame, y ten misericordia de mí, como acostumbras con los que aman tu nombre.
133  Ordena mis pasos con tu palabra, y ninguna iniquidad se enseñoree de mí.
134  Líbrame de la violencia de los hombres, y guardaré tus mandamientos.
135  Haz que tu rostro resplandezca sobre tu siervo, y enséñame tus estatutos.
136  Ríos de agua descendieron de mis ojos, porque no guardaban tu ley.     Pe

Comentario:
El salmista comienza expresando que los mandamientos de Dios son maravillosos y que los ha guardado y ¿qué nos quiere decir con esto a nosotros?  Que una de las motivaciones que le llevaba a él a la obediencia a la Biblia era la admiración que tenía por los mandatos contenidos en ella.
Existe mucha gente que no lee la Palabra de Dios porque dicen no entenderla y aunque no se entienda todo debe leerse para tener mayor claridad en la vida diaria y éxito en asuntos complicados. La confusión y el temor a lo desconocido gradualmente irán desapareciendo a medida que haya más información clara y precisa.
La explicación clara de un concepto nos lleva a la luz al respecto. Por eso la exposición correcta y precisa de la Palabra de Dios tiene mucho poder en la vida. Mientras más se explique y se exponga correctamente la Palabra, el oyente será motivado mucho más para obedecerla (“La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples” v.130). La Palabra debe exponerse texto por texto y palabra por palabra sin descuidar el contexto y sin cambiar el significado original.
V.133 “Ordena mis pasos con tu palabra, y ninguna iniquidad se enseñoree de mí”.  El creyente, agobiado con las preocupaciones de la vida y sus conflictos con el pecado, puede clarificar con la Palabra lo que ella le transmite para ordenar sus pasos. Al pedir que Dios ordene los pasos, el salmista tiene en cuenta que las Escrituras nos muestran lo que éramos, lo que somos y lo que seremos, por un lado, deseando avanzar en correcta línea y por otro lado muestra la misericordia y la justicia del Señor cuando se trata de “violencia de los hombres” que nos puedan amedrentar (v. 134). Tenemos un Dios poderoso y ayudador que muchas veces desperdiciamos al no poner la confianza en Él y pedir lo que necesitamos.
Amigo lector, solo Jesús puede darle sentido a tu vida. Él sabe tu pasado, presente y conoce, como nadie, tu futuro. Si pensamos que la vida es como una novela, en la que se alternan alegrías y tristezas, para poder soportar estas últimas, te aliento a abrir tu corazón a Jesucristo. Pídele que llene todo tu corazón. En la Biblia están las sabias palabras que necesitarás, así hallarás “luz para la oscuridad” y no tendrás que decir como el salmista: “Ríos de agua descendieron de mis ojos, porque no guardaban tu ley” (v. 136).
Rubén Pelegrina



miércoles, 7 de septiembre de 2011

Salmo 119 La excelencia de la Palabra de Dios (16° Parte

Salmos 119:121-128  Juicio y justicia he hecho; no me abandones a mis opresores.
122  Afianza a tu siervo para bien; no permitas que los soberbios me opriman.
123  Mis ojos desfallecieron por tu salvación, y por la palabra de tu justicia.
124  Haz con tu siervo según tu misericordia, y enséñame tus estatutos.
125  Tu siervo soy yo, dame entendimiento para conocer tus testimonios.
126  Tiempo es de actuar, oh Jehová, porque han invalidado tu ley.
127  Por eso he amado tus mandamientos más que el oro, y más que oro muy puro.
128  Por eso estimé rectos todos tus mandamientos sobre todas las cosas, y aborrecí todo camino de mentira. Ayin


Comentario:
Siempre fue cosa común que se explotara al trabajador de conducta dócil y manejable. Generalmente cuando una persona es justa y honesta en el escalafón de empleado, es más fácil para el empleador comportarse de esa manera. Es más cómodo ejercer presión en una persona sumisa y obediente que en una soberbia y altiva. Las personas opresivas y arrogantes son las que dominan, ¿y durante cuánto tiempo puede aguantar esto una persona? Por esta causa el salmista pide a Dios protección y garantía de bienestar porque él tomó la palabra de Dios como el “estándar” el modelo, la base de su regla de fe y práctica para determinar lo bueno y lo malo, el error y la verdad (vs. 127-128). Esto nos sirve de ejemplo para nosotros hoy, si podemos encontrar y disfrutar la misma belleza, el mismo poder, el mismo significado y las mismas bendiciones en la Palabra de Dios y si la abrazamos y la aceptamos como la base de nuestra regla de fe y practica en nuestras vidas.
Cuando crece en nosotros el peligro del pecado, del engaño y de todo camino de error, así mismo debe crecer en forma simultánea la necesidad por Dios y la confianza en Su Palabra (vs. 126-127).
Algo importante es estar consciente de los peligros que abundan en toda cosa mala y actuar. Si tenemos la Palabra de Dios como nuestro “estándar”, pero nos descuidamos en estudiarla y aprenderla, fracasaremos igualmente como si no fuera ella nuestro modelo y patrón (v.125).
El conocimiento da entendimiento y nos evita el fracaso, si a eso le agregamos que tenemos un corazón sincero para con el Señor, podremos ser capaces de discernir lo que estamos aprendiendo, qué significado tenga y cómo aplicarlo.
V.128  Por eso estimé rectos todos tus mandamientos sobre todas las cosas, y aborrecí todo camino de mentira”. Una de las características de Dios es la verdad. Personifica lo auténtico y  legítimo y, por lo tanto, su Palabra no puede mentir. Es verdadera y confiable para guiarnos y ayudarnos (Juan 17:14-17 “Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo… como tampoco yo soy del mundo.  Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad”). La Biblia es completamente verdadera y digna de confianza.

Rubén Pelegrina