lunes, 10 de septiembre de 2012


Jonás 3  Dios habla dos veces lo mismo


Jonás 3:1  Vino palabra de Jehová por segunda vez a Jonás, diciendo:
2  Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré.
3  Y se levantó Jonás, y fue a Nínive conforme a la palabra de Jehová. Y era Nínive ciudad grande en extremo, de tres días de camino.

Comentario:

En esta historia podemos leer que Dios habla dos veces a Jonás con el mismo tenor de voz: “Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré”. Dios, antes de decir estas palabras por segunda vez podría haber regañado al desobediente Jonás como lo hacemos los padres a nuestros hijos cuando les pedimos algo y no lo hacen, sin embargo, nada de eso acontece. Dios se limita a volver a encargar de nuevo al profeta que grite el pregón divino a toda la ciudad.
Quizás en tu vida te hayas apartado un tanto de oír la voz de Dios, o pudiera ser que la vida te llevó por los caminos del mundo y ahora te das cuenta del error y en este preciso momento Dios te trata como a Jonás, con paciencia y te aguanta el desaire y olvido que tuviste de Él, no te regaña, no te grita ni observa tus pecados, más, se fija en ellos con disimulo y solo te habla al oído como lo hace siempre o a través de un amigo, algún sermón u otro medio indescriptible que Dios usa para llamar por segunda vez a sus hijos que en alguna ocasión se fueron deslizando y ahora no saben cómo hacer para volver. Dios tiene métodos para cada uno de nosotros y debemos aprender a escuchar esa dulce voz llamándonos al corazón, pero habiendo tocado fondo, entonces nos percatamos del error.
A otros puede ser que la desobediencia en cumplir con otro deseo del corazón de Dios les haga desobedecer, por ejemplo el ser legalista, creador de nuevas doctrinas, fabulador de mensajes proféticos y cosas por el estilo. Dios a estos les habla como amonestó a Israel y Judá por medio de todos los profetas y de todos los videntes, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos y mis ordenanzas, conforme a todas las leyes que yo prescribí a vuestros padres, y que os he enviado por medio de mis siervos los profetas. (2 Reyes17:13)
V.3 Jonás se levanta apenas vomitado por el pez y obedece la voz de Dios.
La ciudad de Nínive estaba aproximadamente a 1.200 km al este de Israel, sobre la orilla izquierda del río Tigris, frente a la ciudad de Mosul en el moderno Irak. Sus murallas tenían más de 30 m de alto, y eran lo suficientemente anchas como para que tres carros circularan por ellas uno junto a otro.
Era una ciudad grande en extremo, podemos decir también que era «una ciudad importante para Dios», designación que refuerza la importancia de la misión encomendada a Jonás.
Tú eres importante para Dios y también es lo que Dios quiere que hagas al volver a Él. Por eso la importancia de la obediencia en este caso.

Rubén Pelegrina (Continuará)

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