jueves, 18 de octubre de 2012

Efesios 1: 5-6 Adopción y Predestinación

V.5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 
V.6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo
aceptos en el Amado.

Comentario:
En este pasaje Pablo nos habla del gran plan de Dios en dos temas de gran importancia y de poco entendimiento por la gente. ¿Te gustaría saber cuál fue ese plan?
Debemos analizar el pasaje y además imaginar que Dios pensó en ti y en mi antes de crear todas las cosas. A veces tenemos vergüenza de pedirle a Dios grandes cosas o más de una cosa porque pensamos con la mente humana, pero todo lo que pidamos a Dios es casi nada para él por la magnificencia de su grandeza, habiendo Dios pensado en nosotros antes que existiéramos. Él pensó también en todas las cosas que nos daría. Con esa grandeza nos creó y como hijos suyos, nos aceptó como somos antes de crearnos y pensó en las cosas que necesitaríamos como hijos adoptivos. Los hijos adoptivos son buscados y elegidos, a diferencia de los hijos que se engendran biológicamente.
Dios nos ha adoptado en Su familia como hijos, y como hijos de un Dios grande nos bendice y nos concede todo.
La Patria Potestad en los tiempos antiguos, cuando esto se escribió, era un poco diferente que en la actualidad. Un padre tenía poder absoluto sobre sus hijos durante toda su vida. Podía vender a un hijo suyo corno esclavo, y hasta matarlo.
Pero pasemos a comentar otro de los dos temas importantes que tiene este pasaje: la "predestinación" y como podemos observar en Hechos 2:22, "a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios...matasteis". Esto fue el plan de Dios para redimirnos, su “anticipado conocimiento” o como también le podemos llamar la presciencia de Dios. Desde antes de la fundación del mundo Dios ha tenido su plan o propósito de salvarnos de los pecados.
Aquí les muy importante distinguir entre el plan de Dios como revelado en la Biblia y la teoría falsa de Juan Calvino y otros de que Dios predestinó o predeterminó que algunos hombres en particular (individuos específicos) fueran salvos y otros hombres en particular (también individuos específicos) fueran reprobados, a pesar de lo que tales individuos quisieran hacer o hicieran.
Lo único que devela el misterio aquí es la “muerte de Cristo”. En todo esto observemos con cuidado que no hay ninguna referencia en la Biblia a predestinar arbitrariamente a nadie; todos los textos que hablan de la predestinación hablan del hermoso plan de Dios de rescatar de pecado a los de buen corazón (Lucas 8:15 "Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia") y transformarlos en la imagen de su Hijo, para que éstos sean su pueblo para siempre y que estén con El en gloria. El evangelio es su poder (Rom. 1:16) para hacerlo.
Aquí en Efesios Pablo repite que esto se realiza "por medio de Jesucristo". Pero si Dios nos hubiera predestinado arbitrariamente para vida o para muerte ¿por qué fue necesaria la muerte de Cristo si ya estábamos destinados, unos a la vida eterna con Cristo y otros a la condenación eterna? Buena pregunta de reflexión.

Rubén Pelegrina

martes, 16 de octubre de 2012


Efesios 1:2 Estilos de saludos

V.2  Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Comentario:
Es muy interesante analizar nuestros saludos, porque en cada lugar del mundo se estilan formas diferentes, en España son dos besos en la mejillas, en Brasil, Francia, Holanda, Alemania y Suiza, son tres besos. En París, los amigos, mujeres y hombres, se saludan con cuatro besos en las mejillas y se despiden de igual forma. En algunos países del mundo árabe son cuatro, pero nunca hombre-mujer, sino hombre-hombre.
En otros países del mundo árabe es costumbre dar seis besos al despedirse de alguien a quien aprecias.
Y también las diferentes formas de expresión escrita, tienen mucho que ver, respecto a la época y lugar.
Pablo pasa ahora a saludar a sus lectores y no usa el saludo común de la correspondencia de su tiempo. Pablo usa un saludo especial, característico de otras de sus cartas. Este saludo refleja el buen deseo de Pablo por sus lectores. Este es un buen ejemplo a seguir: desear y comunicar esta bendición a los creyentes y a los que no son para que también lleguen a alcanzar la bendición de Dios.
Pablo pronuncia esta bendición especial para los que reciben y leen la carta: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.  Aquí hay dos grandes palabras que resaltan la fe cristiana: “gracia y paz”. Pablo mezcla aquí dos conceptos de saludos diferentes, para alcanzar a la mayor parte de los lectores de la época.
Gracia es un concepto de origen griego y paz es un concepto de origen hebreo. Estas palabras unidas son una bendición muy especial para expresar los mejores sentimientos que Pablo podría tener para los creyentes: los santos y fieles en Cristo Jesús (v.1).
Si tenemos que definir cada uno de los términos, la gracia es el favor inmerecido de Dios a la humanidad. Dios tomó la iniciativa de salvar al hombre, y vino en busca de nosotros enviando a Cristo Jesús a la tierra, para cumplir su ministerio muriendo en una cruz. La salvación sólo es posible por el amor de Dios que ningún ser humano merece, pero que Dios lo concede gratuitamente a todo aquel que reconoce su condición de pecado y acepta a Cristo como su Señor y Salvador de su vida.
La paz es una expresión que refleja la condición como resultado de la fe de los creyentes. Es el resultado de la salvación. Describe la nueva existencia del creyente. Ya no hay conflicto entre el creyente y Dios: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios”. (Romanos 5:1-2). Por este detalle descubrimos que la carta está dirigida a los creyentes.
Esta paz trata más allá de una  simple tranquilidad, esta es una paz que persiste aun en medio de la persecución y las dificultades.
Muchos de nosotros pasamos penas y sufrimientos diarios, familiares y de diferente índole, por lo que necesitamos mucha paz, una armonía en medio del desorden.
Esta gracia y esta paz tienen origen divino, ningún hombre puede darlas, es de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Pablo sabía esta verdad muy bien y nos la transmite para que recibamos e imitemos lo que él tenía. Cuando él experimentó el encuentro personal con el Señor Jesús camino a Damasco, él sintió la gracia de Dios y hubo un cambio espectacular en su vida: la paz de Dios inundó su ser. De guerrero se transformó en un hombre de paz. Sólo quien tiene esta gracia y esta paz puede desear a los demás la misma bendición.
Esta bendición debe ser el deseo de cada uno  de los lectores, que todos conozcan a Cristo como su Señor y Salvador personal.
Decide hoy tomar este saludo de Pablo y practicarlo.
Rubén Pelegrina


miércoles, 10 de octubre de 2012


Efesios 1:1-4    Bendiciones que se adjudican a un cristiano   


V.1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Efeso:

Comentario:
Todas las cartas escritas en la historia mayormente comienzan con un destinatario y un saludo o buenos deseos. Pablo no se queda atrás y es muy ambicioso y lleno de buenos deseos.
Él escribió esta carta a la iglesia de Efeso pero también a todos los creyentes, y a los lectores con mente fértil a fin de darnos una enseñanza profunda para mantener la unidad de la iglesia. Quiso que corriera esta importante información en forma escrita porque él estaba  preso y no podía visitar las iglesias personalmente.
Comienza declarando las bendiciones espirituales que posee en Cristo toda persona que anda en sus caminos.
Pablo no era un novato al escribir esto, tenía casi 30 años de haber conocido a Dios, una vasta experiencia en viajes por diferentes países y fundador de iglesias alrededor del Mar Mediterráneo.
Para hablar con autoridad debemos tener un aval que garantice nuestras palabras. Pablo era un imitador de Dios y se ponía como ejemplo para que los creyentes lo imitaran a él, como él imitaba a Cristo. El respaldo que tenía no era de ningún hermano ni de alguien en especial, institución o iglesia, su apoyo venía directo de Dios. Si nosotros en esta ocasión, al leer estos textos nos quedáramos solo con imitar su vida, ya es más que suficiente. 1°Corintios 11:1  “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo”.
Un imitador de Dios es uno llamado “santo” (v.1) “…a los santos y fieles en Cristo Jesús”, que describe un estado de separación del ser humano y nunca un simple título religioso. Son llamados así los que han sido apartados par Dios o hechos santos mediante la salvación.
“Fieles” es la otra característica que poseen los imitadores. Los que no son fieles no son santos, no creen en Cristo ni son auténticos con la profesión que hacen de su relación con el Señor. Por lo tanto si has dejado de congregarte o divagas durante el día con pensamientos oscuros, analiza tu santidad y encamínate por la senda de la fidelidad. Al igual que ocurre en un matrimonio, cuando uno de los dos ya no quiere permanecer fiel al otro, debe analizar el grado de comunión que tiene con su pareja. Santos y fieles es el reto en este momento, antes de avanzar para nutrirnos de las enseñanzas de Efesios.

Rubén Pelegrina


viernes, 5 de octubre de 2012


LA EPÍSTOLA A LOS EFESIOS

INTRODUCCIÓN:
Muchas personas encuentran una nueva relación personal con Jesucristo que no tenían mientras estudian la carta a los Efesios. Cada persona recibe nutrición espiritual y aprende a disciplinarse al estudiar la Palabra de Dios.
Un breve comentario introductorio ahora nos servirá para ubicarnos en el contexto bíblico.
Pablo fue el autor de Efesios junto con Colosenses, Filipenses y Filemón que fueron ‘Epístolas de la Cárcel’. (3:1; 4:1; 6:20). Si esas observaciones se refieren a su encarcelamiento en Cesarea y lo cotejamos con Hechos 24:27, la carta habría sido escrita alrededor del 57-59 d.C. Pero si se refiere a su encarcelamiento en Roma y lo leemos en Hechos 28:30, que es cosa más probable, entonces fue escrita alrededor del 60-62 d.C. Esto es de poca importancia comparándolo con las intensas enseñanzas plasmadas en cada verso.
Esta epístola más que una carta, es un sermón para cada cristiano, donde nos encontraremos con la esencia destilada de  la vida cristiana, entonces nos sentaremos a escuchar el sermón más completo acerca de la iglesia, la familia y la vida cotidiana.  

Rubén Pelegrina