jueves, 27 de octubre de 2011

Salmo 125 La magnífica protección de Dios

Salmos 125: 1-5  Los que confían en Jehová son como el monte de Sion, que no se mueve, sino que permanece para siempre.
2  Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, así Jehová está alrededor de su pueblo desde ahora y para siempre.
3  Porque no reposará la vara de la impiedad sobre la heredad de los justos; no sea que extiendan los justos sus manos a la iniquidad.
4  Haz bien, oh Jehová, a los buenos, y a los que son rectos en su corazón.
5  Mas a los que se apartan tras sus perversidades,
 Jehová los llevará con los que hacen iniquidad; paz sea sobre Israel.
Comentario:

El comienzo del salmo pudiera ser el tema de todo el salmo, la confianza. “Los que confían en Jehová son como el monte de Sion, que no se mueve, sino que permanece para siempre”.
¿Qué es lo que nos puede producir tal confianza para que en medio del más grave problema podamos descansar sin temor alguno? Estudiaremos esto.
Del contenido del salmo, deducimos que fue escrito en Jerusalén en un tiempo cuando una nación extranjera gobernaba o controlaba la ciudad (v.3). Y el énfasis está en la protección de Dios, lo que les impulsaba a una responsabilidad de mantener esa confianza en Él. Este es el principio número uno de la firme confianza, de la que no se mueve del lugar en donde está puesta. Cuando mantenemos la confianza en Dios a pesar de las pruebas, ya sea por obstáculos superados en el pasado o por una alta convicción y fe en Dios, es cuando la confianza se hace firme, no se mueve, sino que permanece estable y segura como un monte.
En el v.2 la figura representada es de un pueblo rodeado por una muralla a forma de castillo o fortaleza. ¿Y quién podrá penetrar para dañar o afectar a un pueblo rodeado por el mismo dador de la vida?
V.3 El pueblo de Dios, Israel,  había recibido un territorio por heredad y aquel gobernante perverso que los controlaba, no permanecería sobre ellos. El salmista lo adelanta con gran confianza. Su deseo es para que así estos justos no extiendan sus manos hacia el delito, porque cuando los impíos dominan en el gobierno, algunos de los buenos son tentados a caer en los mismos actos malos. Entonces pide que Dios haga el bien a la gente buena, a los que son honestos.
Este mismo ambiente reinará, si no lo hay ahora mismo, cuando la pecaminosidad humana que arruina el ideal de Dios sobre la tierra, esté llegando al límite permitido por Dios y será entonces cuando Dios ejecute su juicio final. Pero esto no significa que Dios pueda perder el control, sino que el mal permanecerá solo hasta que Dios lo permita.
Los que se aferran a los caminos de Dios, aunque puedan tener problemas, obstáculos y dificultades en el pasaje, tendrán paz al final.
Las promesas de Dios y nuestra confianza fundada en éxitos pasados, deben dar vida a nuestras oraciones.

Rubén Pelegrina

martes, 25 de octubre de 2011

Salmo 124 Gratitud por haber sido librado sobrenaturalmente de los enemigos

Salmos 124:1-8 A no haber estado Jehová por nosotros, diga ahora Israel;
2  A no haber estado Jehová por nosotros, cuando se levantaron contra nosotros los hombres,
3  Vivos nos habrían tragado entonces, cuando se encendió su furor contra nosotros.
4  Entonces nos habrían inundado las aguas; sobre nuestra alma hubiera pasado el torrente;
5  Hubieran entonces pasado sobre nuestra alma las aguas impetuosas.
6  Bendito sea Jehová, que no nos dio por presa a los dientes de ellos.
7  Nuestra alma escapó cual ave del lazo de los cazadores; se rompió el lazo, y escapamos nosotros.
8  Nuestro socorro está en el nombre de Jehová, que hizo el cielo y la tierra.

Comentario:
Este salmo está enriquecido por las figuras que muestra, figuras que describen ferocidad, soberbia y rapacidad de los enemigos. Las amenazas de los enemigos son comparables al peligro de ahogarse (vs. 3-5) y también el estar aprisionado en una jaula (vs 6-7). ¿Y quién nunca ha sufrido algún tipo de mal parecido? Emplea un lenguaje visual con imágenes de aguas, fieras, cazadores para demostrar que a pesar de toda la carga de maldad que sostuvo, su gratitud a Dios es muy grande y manifiesta por haber sido librado.
El escritor alaba a Dios por las pasadas liberaciones de este poder enemigo, y también expresa su confianza respecto a las futuras. Da a Dios la gloria por el escape que han conseguido (vs 6-7), y de ahí toma ánimo para confiar en Dios en el presente y en el futuro (v. 8).
Vs 1-2 En estos versos repite: “A no haber estado Jehová por nosotros”, para poner de relieve el poder del Dios de Israel. Siempre que haya repetición en las Sagradas escrituras el énfasis está en la verdad de lo dicho y en el cuidado que se debe tener al respecto y también en el poder de Dios.  
Es mi deseo poner especial énfasis en el cierre del salmo por la manera de mostrar el socorro que sostiene Dios con los hijos que le entregan todo a Él y que confían plenamente en su mano. ¿Tiene usted problemas? Entréguelos a Dios.
Dios llevó a cabo una gran liberación a favor de ellos, entonces el salmista abandona la imagen de las aguas que le inundaron (vs. 4-5), metáfora frecuente de tribulación, para hablar del lazo de los cazadores que no sirvió para nada (vs. 6-7), porque cual ave que escapa, no por su propia fuerza, sino por alguien que rompe ese lazo, salió del asunto sin que el ave misma se aperciba del que le libertó.
La enseñanza queda clara, cuando la salvación parece imposible, ¡el Señor puede salvar! Claramente lo expresa el versículo 8: "¡Nuestro socorro está en el nombre de Jehová, que hizo el cielo y la tierra”, es decir, en la protección del Dios Todopoderoso. Sólo un Dios cuyo dominio es total, soberano y mundial puede hacer las cosas que nosotros no podemos; y este Dios es  consagrado eterno e inmortal que siempre permanece a nuestro lado.

Rubén Pelegrina

viernes, 21 de octubre de 2011

Salmo 123 Petición ansiosa de protección divina en medio de la aflicción.

Salmo 123 Petición ansiosa de protección divina en medio de la aflicción.


Salmos 123: 1-4 A ti alcé mis ojos, a ti que habitas en los cielos.
2  He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la sierva a la mano de su señora, así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros.
3  Ten misericordia de nosotros, oh Jehová, ten misericordia de nosotros, porque estamos muy hastiados de menosprecio.
4  Hastiada está nuestra alma del escarnio de los que están en holgura, y del menosprecio de los soberbios.

Comentario:

Este salmo expresa el sentir que el pueblo de Dios tiene en muchas ocasiones especialmente los que han estado sufriendo burla y desprecio de sus enemigos. A los judíos, al regreso del destierro, los vecinos paganos los hacían verse humillados y despreciados.
Siempre Dios está consciente de las burlas que sus hijos sufren y siempre podemos pedirle socorro.
Vs. 1-2 Al principio levanta la mirada a Dios; reconociendo su grandeza, majestad y señorío.
Alzar los ojos cerrados es una visualización llena de imaginación de lo que Dios es y puede hacer basado en lo que ya hizo en la vida pasada. Cuando el ser humano visualiza, mira algo conocido y cuando imagina ve algo que no conoce pero que ansía tener. Pero el salmista alza sus ojos bien abiertos, en pleno reconocimiento de Su grandeza y disposición al socorro mirando la mano de Dios.
Alzar los ojos a los cielos es ver todo lo que podemos ver a través de lo conocido por Su Palabra o por la experiencia, e imaginar también que Dios ya está obrando y que su mano se está moviendo.
Para entender el salmo debemos remitirnos a la vieja cultura hebrea.
En el oriente, a los siervos que atendían a sus amos, se les dirigía casi enteramente por señales, lo que requería que prestaran la mayor atención a las manos de éstos. Los siervos de Dios deben aprender a mirar la mano de Dios que dirige y señala la tarea y esperar que Su mano providente, nos dé la porción en el tiempo oportuno. “Mirar la mano del amo” es una figura gráfica de esta dependencia de Dios. La expresión, “la mano de Dios” se usa varias veces en Esdras y en Nehemías (Esdras 7:6, 9, 28; Esdras 8:18, 22 “la mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan”, v.31 y Nehemías 2:8,18).
Vs 3-4 Se habla del menosprecio y escarnio que sufrían, que son una forma de  persecución y una opresión para que se sintieran mal. Las palabras de menosprecio y escarnio hieren a veces nuestros sentimientos más que las heridas físicas que pudieran hacernos en la carne.
En todas las épocas los siervos de Dios lo han sufrido frente a los que no se someten al señorío divino, burlas diversas y deshonras que tratan de bajar el ánimo. El salmista con el pueblo piden compasión, que Dios intervenga y que haga algo para aliviarles del escarnio.
Es nuestro deber pedir por todos los que hoy sufren la mentira y la maldad, por los humillados, los marginados, que Dios manifieste su bondad.

Rubén Pelegrina


jueves, 13 de octubre de 2011

Salmo 122 Oración por la paz de Jerusalén

Salmos 122: 1-9 Yo me alegré con los que me decían: a la casa de Jehová iremos.
2  Nuestros pies estuvieron dentro de tus puertas, oh Jerusalén.
3  Jerusalén, que se ha edificado como una ciudad que está bien unida entre sí.
4  Y allá subieron las tribus, las tribus de JAH, conforme al testimonio dado a Israel, para alabar el nombre de Jehová.
5  Porque allá están las sillas del juicio, los tronos de la casa de David.
6  Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman.
7  Sea la paz dentro de tus muros, y el descanso dentro de tus palacios.
8  Por amor de mis hermanos y mis compañeros diré yo: La paz sea contigo.
9  Por amor a la casa de Jehová nuestro Dios buscaré tu bien.

Comentario:
De inicio se observa el gozo de poder asistir a un lugar que uno ama, en ese caso era el templo para congregarse con un buen grupo de judíos que acudían a Jerusalén para las tres fiestas anuales principales: la Pascua, las Primicias (Pentecostés) y Tabernáculos, con el propósito de alabar, adorar a Dios, meditar en Su Santa Palabra y convivir con quienes profesaban la mima fe. El escritor de Hebreos nos sugiere a nosotros hacer algo similar, “Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió…. no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.” (Hebreos 10:23 y 25)
La casa del Señor estaba en Jerusalén y los pies de estos peregrinos ya estaban dentro de la ciudad, a donde venían todas las tribus de Israel para alabar el nombre de Dios. No nos olvidemos nunca de darle culto. A toda persona humana se le permite vivir en dos mundos: el de aquí (terrenal) y el de las cosas eternas (espiritual). Pero corremos peligro de estar tan ocupados en las cosas de este mundo que olvidamos el otro. Al empezar y al terminar el día y de cuando en cuando en medio de nuestras actividades debemos apartarnos, aunque sea sólo un momento, y entrar en la presencia de Dios. Todos llevamos siempre con nosotros nuestro santuario íntimo, así que no nos olvidemos de entrar en él. O, lo que es lo mismo: no Le tengamos esperando a Él indefinidamente a la puerta.
Vs 5-6 “Porque allá están las sillas del juicio, los tronos de la casa de David. Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman”. Estos textos causan en la actualidad mucha confusión respecto al Reino de Dios. En Lucas 19 Jesús precisamente da una parábola (de las Diez Minas) por la misma razón: “…por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente” (Lucas 19:11-27). Pero notemos que Jesús no se detiene para reprenderles por esta “supuesta ilusa esperanza” de un reino Davídico restaurado en Jerusalén”, y tampoco les dice algo así como: “Oigan, hijos de Abraham, sepan que yo no voy a reinar en Jerusalén sino desde el cielo y con mi iglesia”. Tampoco les dice que su reino es “en el corazón de sus discípulos” o algo semejante. Él simplemente les narra una parábola para que entiendan que el reino davídico será efectivamente restaurado en Jerusalén, pero que aún tardaría hasta su regreso en gloria y vendría buscando los frutos de cada uno de nosotros. Este hecho destruye o fulmina todas las otras tesis del reino que aparecen por internet, y que perturban el verdadero mensaje.
V.9 “Por amor a la casa de Jehová nuestro Dios buscaré tu bien”.  Que nuestras oraciones no sean egocéntricas, sino deseando la bendición de los hermanos y la gloria de Dios.

Rubén Pelegrina

miércoles, 12 de octubre de 2011

Salmo 121 El Señor es tu guardador

Salmos 121:1-8  Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?
2  Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.
3  No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda.
4  He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel.
5  Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
6  El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche.
7  Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma.
8  Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.

Comentario:
Anteriormente dije que este salmo enfatiza el poder del Señor para guardar, librar, edificar y dar esperanza. Muchas veces durante la vida, las familias atraviesan por diferentes situaciones dolorosas, enfermedades, escasez de trabajo, pérdidas, separaciones o enfriamiento espiritual y el salmo que estamos leyendo nos ayuda a todos en estas experiencias.
Los mentalistas dicen que para relajar el cuerpo se deben cerrar los ojos y levantarlos o mirar ligeramente hacia arriba. El salmista dice que debemos levantar los ojos bien abiertos a los montes, a la creación, poniendo el énfasis en quién es Dios, el Dios de la creación (vs. 1- 2), el Dios de la historia de su pueblo (vs. 3- 4), de cada miembro de su iglesia (vs. 5- 6), y el Dios que nos cuida para siempre (vs. 7-8).
Durante el viaje de ascenso a Jerusalén el panorama que les rodeaba era montañoso y el salmista se sentía inseguro por los peligros del camino. En la religión cananea los montes, (especialmente un monte en el norte de Palestina), eran la habitación de los dioses. En este ambiente, el primer impulso mental del escritor es levantar la vista hacia los montes, pero para hallar el oportuno socorro que viene del Dios de la creación y no del dios de la religión.
Dios no nos ofrece un camino fácil a la Tierra Prometida, la celestial, pero si nos brinda un camino seguro. En la vida y en la muerte, esa es la seguridad que tenemos. El Señor está y estará con nosotros y al final de cuentas nos llevará con seguridad a nuestro hogar. El salmista, por inspiración divina y por experiencia propia, habló de la misericordia que el Señor nos brinda en el camino de la vida. Un camino que Jesús mismo dijo ser angosto y no prometió que sea sin dificultades (Mateo 7:14), al contrario, dijo que en el mundo tendremos aflicción, pero que debemos confiar porque él mismo lo ha vencido (Juan 16:33).
Me gusta la frase final donde expresa que guardará la salida y la entrada desde ahora y para siempre, expresión que involucra todos los aspectos de la vida, y esta protección será segura siempre! ¿Cómo nos salva Dios? Dios nos salva “en medio” de los problemas. Dios entra en nuestras experiencias y nos ayuda a través de ellas. Dios no salvó a José de la cárcel, sino que estuvo con él en la celda; a Daniel no lo salvó del foso de los leones; lo salvó en el foso de los leones y de ellos cerrándoles la boca. Dios no salvó a David del gigante Goliat, pero le permitió acertar en el blanco y matar al gigante. Esta es la forma en que Dios se manifiesta en la vida de sus hijos, cuando la vida corre con el sol de día y la luna de noche, no nos aísla de eso, sino que nos saca y protege. Dios nos ama y está con nosotros en las experiencias para ayudarnos y sostenernos.

Rubén Pelegrina





lunes, 10 de octubre de 2011

Salmo 120 Oración ante el peligro de la lengua engañosa

 Salmos 120: 1-7 A Jehová clamé estando en angustia, y él me respondió.
2  Libra mi alma, oh Jehová, del labio mentiroso, de la lengua fraudulenta.
3  ¿Qué te dará, o qué te aprovechará, oh lengua engañosa?
4  Agudas saetas de valiente, con brasas de enebro.
5  ¡Ay de mí, que moro en Mesec, y habito entre las tiendas de Cedar!
6  Mucho tiempo ha morado mi alma con los que aborrecen la paz.
7  Yo soy pacífico; mas ellos, así que hablo, me hacen guerra.

Comentario:
Con el salmo 120, que es anónimo, comienza una serie de quince salmos llamados “graduales” o de las subidas, y dicen los estudiosos que pueden llamarse así porque los cantaban en el viaje de peregrinación a Jerusalén en las tres grandes festividades del año, mientras subían al monte Sión (1° Reyes 12:27-28). Es increíble y sorprendente que usaran dichas palabras para cantar, y en este caso pudiera ser que lo cantaban citando los falsos testimonios que daban los samaritanos acerca de ellos. Con solo conocer esta introducción ya podemos descubrir el porqué de las palabras intrigantes del salmo.
Este salmo expone una situación de aflicción; el segundo o 121 enfatiza el poder del Señor para guardar, librar, edificar y dar esperanza; y el tercero (122) tiene el tema de la seguridad en Sion; en el Señor.
En la primera actitud destructiva con que nos enfrentemos debemos enfatizar el poder de Dios para ayudar y darnos esperanza, sabiendo que él es nuestra confianza.
La actitud del salmista a causa del labio mentiroso y de la lengua engañosa, es clamar a Dios, porque buscaban encubiertamente destruirle como diríamos “por debajo”. ¿Te sientes abrumado por alguna situación de lengua engañosa y labio mentiroso que esté tratando de destruir tu reputación o poniendo en tela de duda tu vida? Eleva tu voz a Dios y Él te responderá, no tardará.
V.4 Algunas frases llamativas son: “Agudas saetas de valiente”, que son como flechas puntiagudas de guerreros—son las condenas que causan destrucción o sentimientos de desgracia y pérdida;  “brasas de enebro”—que retienen el calor por largo rato, describiendo así el carácter de los perversos. Nadie puede asegurar no haber pasado por alguna situación similar.
Vs 5-7 El salmista vive en un mundo que no puede dar paz, al igual que nosotros, ¿quién se encuentra seguro en este mundo? Descubrimos que después de varios miles de años todo permanece igual. Mesec eran las tribus del noroeste que habitaban en la región del Cáucaso, y Quedar  las tribus árabes al sudeste. Ambos lugares representan los pueblos gentiles o paganos que no adoraban al Dios verdadero, pueblos agresivos y  mentirosos que vivían en el desierto. Los que no conocen a Dios se identifican con las mismas características,  por la violencia y el engaño, aborrecen la paz, no están tranquilos si no actúan violentamente, viven en un desierto, de modo que los pacíficos les molestan (v. 7).
Ser pacificadores y hacer la paz es el camino al cual Dios nos ha llamado, así que debemos intentar, con esmero y oración, ser pacificadores. “El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño; Apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala.  Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal”. (1° Pedro 3: 10-12)

Rubén Pelegrina

miércoles, 5 de octubre de 2011

Salmo 119 La excelencia de la Palabra de Dios (22° Parte)

Salmos 119:169-176  Llegue mi clamor delante de ti, oh Jehová; dame entendimiento conforme a tu palabra.
170  Llegue mi oración delante de ti; líbrame conforme a tu dicho.
171  Mis labios rebosarán alabanza cuando me enseñes tus estatutos.
172  Hablará mi lengua tus dichos, porque todos tus mandamientos son justicia.
173  Esté tu mano pronta para socorrerme, porque tus mandamientos he escogido.
174  He deseado tu salvación, oh Jehová, y tu ley es mi delicia.
175  Viva mi alma y te alabe, y tus juicios me ayuden.
176  Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, porque no me he olvidado de tus mandamientos.  Tau

Comentario:
Si usted mira este salmo en una Biblia hebrea, verá que cada línea en las veintidós secciones empieza con una letra hebrea deferente, que fue elaborado como un dispositivo para ayudar en la memorización del salmo. Si hoy tuviésemos que aprender el salmo por razones de que no hay manera de tenerlo a mano, nos costaría bastante trabajo memorizarlo por la extensión del mismo. Debemos saber aprovechar las oportunidades que nos brinda el tiempo moderno para leerlo a cada instante que se nos ocurra y en cualquier biblia.
La primera sección empezó con la primera letra del alfabeto hebreo, y la segunda con la segunda letra y así sucesivamente.  Este patrón continuó por el salmo hasta que todas las veintidós letras del alfabeto hebreo han sido usadas en orden, y aquí estamos en la última (tau) que es una forma de resumen de todas las peticiones que manifiesta el salmo. Llegamos entonces al fin de las veintidós secciones de ocho textos cada una.
Vs.169-170 En estos dos primeros versos el salmista pide lo que todos nosotros podemos pedir: tener comprensión y luego obtener la liberación del mal que nos aqueja.
Vs 171-172 Expresa algo así como si una persona que tiene mucho conocimiento y no sabe alabar a Dios, no ha aprendido nada. El salmista sabe valorar correctamente lo que tiene, el conocimiento que le ha dado Dios y por eso le expresa alabanzas.
La fe cobra vida cuando aplicamos las Escrituras a las tareas y preocupaciones diarias. Necesitamos entendimiento para discernir y también el deseo de aplicar las Escrituras donde necesitamos ayuda. La Palabra es como una medicina: solo actúa cuando la aplicamos en las áreas afectadas.
Vs.173-174 Cuando estudiamos la Biblia todos los días y no solo el escucharla en la iglesia el domingo, llegamos a amarla y ésta formará parte de nuestra vida.
La Palabra de Dios nos da sabiduría y conocimiento y eso nos permite obtener el éxito en todo lo que emprendemos.
La frase “he escogido” y “he deseado” muestra una preferencia de Dios a todo otro objeto de deleite.
Vs.175-176 Haber andado errante como oveja extraviada o perdida, y por tanto absolutamente impotente para salvarse y un tiempo negligente en su deber de obediencia y fidelidad, nunca le olvidó el mandamiento que le había sido enseñado. Nunca es tarde para volver al redil, nunca es demasiado tarde para arrepentirnos y regresar a casa. Dios espera amoroso y ha preparado una fiesta cual la historia del Hijo Pródigo, un festín para el hijo arrepentido.

Rubén Pelegrina

lunes, 3 de octubre de 2011

Salmo 119 La excelencia de la Palabra de Dios (21° Parte)

 Salmos 119:161-168  Príncipes me han perseguido sin causa, pero mi corazón tuvo temor de tus palabras.
162  Me regocijo en tu palabra como el que halla muchos despojos.
163  La mentira aborrezco y abomino; tu ley amo.
164  Siete veces al día te alabo a causa de tus justos juicios.
165  Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo.
166  Tu salvación he esperado, oh Jehová, y tus mandamientos he puesto por obra.
167  Mi alma ha guardado tus testimonios, y los he amado en gran manera.
168  He guardado tus mandamientos y tus testimonios, porque todos mis caminos están delante de ti.       Sin

Comentario:

Un pasaje del apóstol Pedro es muy motivante para dar comienzo a este devocional, basado en una lámpara que alumbra en cualquier lugar donde hay obscuridad.
La Palabra de Dios es lámpara a nuestros pies y lumbrera a nuestro camino.
“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;” 2° Pedro 1:19
Esto tiene una importancia práctica de primera. Para gozarse y sentir paz al leer la Palabra de Dios hasta que Cristo venga por los suyos, hay que tener en cuenta algunos requisitos. Pedro está diciendo que nadie tiene derecho a interpretar la Escritura, para usar su propia palabra privadamente. Entonces, ¿cómo hay que interpretarla? Para contestar a esa pregunta debemos hacernos otra: ¿Cómo recibían aquellos profetas su mensaje? Lo recibían del Espíritu. Alguna vez hasta se ha dicho que el Espíritu de Dios usaba a los profetas como un escritor usa un lápiz o un músico su instrumento. En cualquier caso, el Espíritu le daba al profeta Su mensaje. La conclusión obvia es que solamente con la ayuda de ese mismo Espíritu se puede comprender el mensaje profético.
En la iglesia donde concurro, solemos decir a los hermanos cuando vienen a consultarnos, que ellos deben sintonizar el Espíritu Santo orando y leyendo la Palabra de Dios cuando hay dudas acerca de algunos temas, porque a nosotros como consejeros nos corresponde guiar, pero al fin el que tiene la última palabra es Dios.
Para poner por obra los mandamientos y guardar los testimonios o Su Palabra, debemos remitirnos a vivir una vida en el Espíritu de Dios. No podemos arbitrar bien nuestra vida nosotros solos.
El salmista ha guardado los mandamientos de Dios porque sabía que todas sus acciones estaban presentes a los ojos de Dios. Si el Espíritu va con uno por doquier y se manifiesta con nosotros debemos guardarnos de cumplir todo, aún lo más ínfimo.
La constante en este salmo es “guardar”, un guardar obediente que emana del amor, un guardar obediente que busca complacer. El Amor aparece en cada párrafo de este espacio que comentamos: el corazón constante guarda con diligencia su amor por las enseñanzas del Señor (v.163) con un odio correspondiente por lo falso, lo imaginario; la vida constante goza de paz (plenitud; paz con Dios, con la gente y paz en la mente; una vida completa) como consecuencia de amar la enseñanza del Señor (v.165); el “guardador” constante es motivado por el amor a lo que el Señor ha testificado de sí mismo (v.167). La vida que ha decidido ser constante, aún bajo presión y resulta enriquecida tiene paz; pero también se topa con conflictos morales, porque no existe la constancia sin desafíos. La opción está puesta sobre la mesa, sobre qué amar y qué odiar; la lucha es por seguir pacientemente hasta que Dios actúe. Pero es la obediencia la que define al amor y es la obediencia lo que complace al Señor (v.168).
Rubén Pelegrina