Salmo 118 Acción de gracias por la salvación recibida de parte de Dios (4° Parte)

Salmos 118:15-21  Voz de júbilo y de salvación hay en las tiendas de los justos; la diestra de Jehová hace proezas.

16  La diestra de Jehová es sublime; la diestra de Jehová hace valentías.

17  No moriré, sino que viviré, y contaré las obras de JAH.

18  Me castigó gravemente JAH, mas no me entregó a la muerte.

19  Abridme las puertas de la justicia; entraré por ellas, alabaré a JAH.

20  Esta es puerta de Jehová; por ella entrarán los justos.

21  Te alabaré porque me has oído, y me fuiste por salvación.

Comentario:

V.15-16  “Voz de júbilo y de salvación hay en las tiendas de los justos; la diestra de Jehová hace proezas”.

El trasfondo de este párrafo es muy interesante, porque luego de una dura experiencia, el salmista da gracias porque Dios también pone límite a las pruebas.

El deleite de este líder se encuentra basado en que la mano derecha de Dios les dio la victoria y manifiesta que no solo él lo experimenta sino que se siente lo mismo en todas las tiendas de campaña o en los hogares de los justos.

La palabra diestra en relación con Dios “no indica simplemente un lado: a la derecha. La razón principal es, porque Dios es Espíritu. ¿Dónde está la "derecha" o la "izquierda" del Espíritu de Dios?” “Por lo tanto, debemos entender que la “diestra de Dios” se usó en un sentido figurado, simbólico, o poético y no en un sentido físico o corporal.” Entonces ¿A qué se refiere la Biblia cuando menciona la diestra de Dios? La palabra diestra, en relación con Dios, significa su fuerza, su poder, su autoridad o su majestad. Ejemplo: La diestra de Dios está llena de justicia (Salmo 48:10), es decir, que él con su poder juzgará rectamente, dando a cada quien lo que se merece.

V. 17-18  “No moriré, sino que viviré, y contaré las obras de JAH”. El sentimiento de muerte que tenía por haber vivido tales experiencias, se transformó en una emoción de vida cuando Dios se puso al frente y desea proclamar a todo viento la victoria de Dios.

V. 19-20  “Abridme las puertas de la justicia; entraré por ella…” Como si estuviese entrando al Templo, pide la admisión para un encuentro con Dios como si sintiera que sólo podía acercarse al santuario sagrado con el permiso divino, y sólo deseaba entrar en la forma correspondida. El templo de Dios era para los justos, para entrar y ofrecer los sacrificios de justicia, por lo tanto, a las puertas se les llama las puertas de la justicia. Y allí se entraba para poder rendir homenaje al Altísimo. Por desgracia, hoy hay multitudes que no les importa si las puertas de la casa de Dios se abren o no, no se acuerdan que tienen un Creador y sustentador de sus vidas y poco y nada valoran el aire que respiran, aun menos todo lo demás. El tiempo de Dios vendrá cuando ellos se encuentren con las puertas del cielo cerradas y en contra de ellos, porque estas puertas son peculiarmente las puertas de la justicia a través del cual pasarán los salvados y no habrá ninguna manera de entrar contaminado.

V.21  “Te alabaré porque me has oído, y me fuiste por salvación”.

El escritor alaba a Dios por haber sido escuchado, ejecutando su canto enfocado en la bondad divina que él había experimentado. En estas palabras, da la razón de su alabanza, habiendo Dios contestado su oración, y por la liberación que había recibido en consecuencia.

Isaías 53:11 “Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos”.

Rubén Pelegrina