jueves, 10 de febrero de 2011

Salmo 118 Acción de gracias por la salvación recibida de parte de Dios (3° Parte)

Salmos 118:10-14  Todas las naciones me rodearon; mas en el nombre de Jehová yo las destruiré.
11  Me rodearon y me asediaron; mas en el nombre de Jehová yo las destruiré.
12  Me rodearon como abejas; se enardecieron como fuego de espinos; mas en el nombre de Jehová yo las destruiré.
13  Me empujaste con violencia para que cayese, pero me ayudó Jehová.
14  Mi fortaleza y mi cántico es JAH, y él me ha sido por salvación.

Comentario:
Vs 10-14  “Todas las naciones me rodearon; mas en el nombre de Jehová yo las destruiré”.
El protagonista de este Salmo, se sintió invadido por un pensamiento quizás real o no de que él no tenía amigo terrenal en quien pudiera confiar completamente, que lo asediaban como abejas enardecidas que parecían estar en todas partes, como un enjambre que lo ataca en todos los puntos; volando ágilmente de un lugar a otro, a picarle e infringirle terribles dolores.
Estaba rodeado de adversarios y sentía que lo odiaban, apenas pudiendo encontrar una vía de escape de las bandas que hacían círculos alrededor de él, como si de común acuerdo, todo tipo de persona se pusiera en su contra, mas sin embargo era más que un reto tanto para él como para todos los suyos, enfrentar esta situación, pero él estaba confiando en el nombre del Señor y gritando podía exclamar: " ¡En el nombre del Señor, los voy a destruir!".
Se requiere de mucha fe para mantener la calma en el día de la batalla, y sobre todo cuando esa batalla toca lo cercano de nuestro corazón, y dejar que ese trabajo por hacer lo realice Dios por algún medio misterioso que Él pudiera emplear.
Observamos que no habla simplemente de escapar de ellos como un pájaro de la trampa del cazador, sino que promete que va a enfrentarlos y llevar la guerra a su fin  con una victoria total.
Es magnífico, escuchar a un hombre hablar de esta manera y que no es jactancia, por la declaración de confianza sincera que manifiesta en Dios. (V.12)
¿Qué armas podía usar contra ellos? Eran tan numerosos, al igual que el enjambre de moscas en Egipto, y solo la mano divina podría acabar con todos.
Fue en un caso del Maligno, pero esto provocó en él un aumento de su fe en el Todopoderoso que se adapta a todas las circunstancias difíciles que nosotros los hombres podemos pasar y que nos muestra que solo Dios puede echar fuera los demonios que nos atacan con el aguijón de la muerte.
Por tres veces, añade, "en el nombre del Señor, los voy a destruir" (vs 10-11) como los hombres cortan las espinas con una guadaña.
¿Qué maravillas se han obrado en el nombre del Señor en tu vida?
Es el grito de batalla de la fe de que marchamos a buen ritmo. "La espada del Señor y de Gedeón" trae el terror instantáneo al enemigo. El nombre del Señor es la única arma que nunca falla en el día de la batalla, el que sabe cómo utilizarla se puede dar por satisfecho. Vamos a tener cuidado de no aventurarnos en la presencia del enemigo sin que el Nombre del Señor esté delante y en primer lugar Él como arma poderosa. "Jesús, en alto y el Nombre sobre todo nombre en primer lugar para que el infierno tiemble.

Rubén Pelegrina


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