martes, 20 de marzo de 2012

Salmo 145  Alabanza por la bondad y el poder de Dios (1° Parte)

Salmos 145: 3-7  Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; y su grandeza es inescrutable.
4  Generación a generación celebrará tus obras, y anunciará tus poderosos hechos.
5  En la hermosura de la gloria de tu magnificencia, y en tus hechos maravillosos meditaré.
6  Del poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres, y yo publicaré tu grandeza.
7  Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad, y cantarán tu justicia.

Comentario:
En esta ocasión nos abocaremos juntos para desarrollar el primer punto después de la introducción a este salmo: “Grande es el Señor” (vs. 3–7).
Cuando era chico, solía admirar mucho a un tío que para cada tema que se platicaba en la casa, él tenía un texto bíblico en mente y yo quedaba como suspendido en el aire y en el tiempo pensando cuándo podría ser igual que él y ver la vida desde la óptica divina. Y la verdad es que para cada cosa que platicamos a diario hay un tema en la Palabra de Dios que nos acompaña. El tema de hoy es la “grandeza de Dios”
Contra tamaña gloria y esplendor no podemos hacer menos que admirarle. Hoy cuando comencé este comentario se movió la tierra temblando y toda expresión de la gente aquí en México era “Dios mío” y yo aproveché para hacerles notar a algunos, que nada podíamos hacer en dichos momentos más que esperar los acontecimientos y suplicar a Dios que aquiete la tierra. Dios habla de muchas maneras a todos nosotros cuando menos lo esperamos o cuando nos distraemos pensando en otras cosas.
El Estudio de hoy nos estimula a admirar la grandeza y gloria de Su Persona como lo expresa Pablo en Romanos 11:33: ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!”  El propósito de la Palabra de Dios es impulsarnos a admirar la grandeza y la gloria de Dios en cualquier circunstancia que nos tocara vivir. ¿Eres tú de los que se asombran de cualquier detalle que nos ofrece la vida alrededor? Hace unos días caminaba por un parque lleno de plantas y exuberante en follaje y al lado mío lo hacía un ave muy pequeña que no se asustaba de mi caminar y tampoco me prestaba atención. Me paré y comencé a admirar el propósito tan definido en hacer lo que le interesaba. Me puse a orar y pedirle al Dios grande que me haga igual a esa ave, sin dejar de razonar que por Su grandeza yo podía en esos momentos contemplar el pajarito saltando por su comida. No hay ninguna duda que la naturaleza habla de por sí sola de la grandeza de Dios.- ¿Y que encontramos en una flor? Belleza, fragancia, admiración, etc.

La grandeza de Dios afecta nuestra vida diaria si nos acostumbramos a centrar en Él todo lo que nos acontece y todo lo que a nuestro alrededor sucede.
Donde Dios está hay un perfume diferente, la atmósfera se transforma, y su fragancia llena toda la vida, toda nuestra casa, el trabajo, nuestra mente  y donde quiera que vayamos nos acompaña. Hay algo en la vida de quienes se centran en Dios y su grandeza, que cuando caminamos por el sendero de la existencia, la misma gente se da cuenta que hay "algo especial" que dejamos cuando estamos con ellos.
La grandeza de Dios no encuadra en una postal o fotografía, no tiene límites ni cuadro que la enmarque, es maravillosa, buena y digna de confianza.
Efesios 3:18 nos dice: "Que Seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura y de conocer el amor de Cristo, que excede todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios".-
Dios va a llenar de Su plenitud nuestra vida pobre y seca en la medida que comprendamos su grandeza.

Rubén Pelegrina


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