jueves, 29 de septiembre de 2011

Salmo 119 La excelencia de la Palabra de Dios (20° Parte)

Salmos 119:153-160  Mira mi aflicción, y líbrame, porque de tu ley no me he olvidado.
154  Defiende mi causa, y redímeme; vivifícame con tu palabra.
155  Lejos está de los impíos la salvación, porque no buscan tus estatutos.
156  Muchas son tus misericordias, oh Jehová; vivifícame conforme a tus juicios.
157  Muchos son mis perseguidores y mis enemigos, mas de tus testimonios no me he apartado.
158  Veía a los prevaricadores, y me disgustaba, porque no guardaban tus palabras.
159  Mira, oh Jehová, que amo tus mandamientos; vivifícame conforme a tu misericordia.
160  La suma de tu palabra es verdad, y eterno es todo juicio de tu justicia. Resh

Comentario:
En tres ocasiones en este párrafo, el escritor pide en forma urgente ser vivificado (vs.154, 156 y 159). ¿Qué significa vivificar?  Significa hacer vida, hacer manifiesto, dotar de vida a una cosa, hacer más vivo, fortalecer. Pide que su vida sea llena de vida para hacer manifiestas la salvación y la Palabra de Dios en su vida para otros.  Este urgente deseo debería mover nuestros sentimientos para experimentar una emoción similar y aspirar de igual manera tener salud plena para movernos hacia un testimonio de vida ejemplar y manifestar a la gente dicha plenitud. A veces estamos como muertos, sentados, acostados o en reposo y no deseamos estar de pie o caminar y menos, correr ni siquiera volar. La vida consta de niveles a superar en forma gradual y mental. Pasar del nivel de caminata, al de correr y también al de volar. (Isaías 40:31  “pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”). El secreto está en Dios, en saber esperar en Él y ser vivificados con poder de Dios que viene de la intimidad y relación personal, comunión y afinidad con su Palabra.
Cuando Dios haya empezado su obra de gracia en nosotros, la perfeccionará. Él ayuda a los que, en humilde dependencia de Él, se ayudan a sí mismos. Su vigor será según el día. En el poder de la gracia de Dios, nuestras almas pueden ascender por sobre el mundo nivel tras nivel. Se puede correr alegremente por el camino de los mandamientos de Dios. Estemos atentos contra el descreimiento que puede venir al leer tales promesas,  y erradiquemos la confianza en uno mismo. Si vamos adelante por nuestra propia fuerza, desmayaremos y caeremos totalmente; pero teniendo nuestros corazones y esperanzas en el cielo, seremos llevados nivel tras nivel por sobre todas las dificultades y seremos dotados para echar mano del premio de nuestra alta vocación en Cristo Jesús.
En Juan 6:63, en cuanto a vivificar, encontramos lo siguiente: “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”.
Mientras más nos aferremos a la palabra de Dios, como nuestra regla y nuestro apoyo, más seguridad tendremos de liberación de toda opresión y angustia que aceche nuestra vida como enemigo espía.
El hombre que es constante en el camino de su deber no tiene que temer a nadie, aunque tenga muchos enemigos.
Nuestra obediencia complace a Dios, y a nosotros nos permite sentirnos bien, pero eso únicamente cuando proviene de un principio de amor.
V.160 Una de las características de Dios que más me gusta es la veracidad porque como hombres somos mentirosos. Su Palabra personifica la verdad perfecta y, por lo tanto, no puede mentir.

Rubén Pelegrina



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