Salmos 119:137-144 Justo eres tú, oh Jehová, y rectos tus juicios.
138 Tus testimonios, que has recomendado, son rectos y muy fieles.
139 Mi celo me ha consumido, porque mis enemigos se olvidaron de tus palabras.
140 Sumamente pura es tu palabra, y la ama tu siervo.
141 Pequeño soy yo, y desechado, más no me he olvidado de tus mandamientos.
142 Tu justicia es justicia eterna, y tu ley la verdad.
143 Aflicción y angustia se han apoderado de mí, mas tus mandamientos fueron mi delicia.
144 Justicia eterna son tus testimonios; dame entendimiento, y viviré. Tsade
Comentario:
La justicia hoy es un valor determinado por la sociedad y no por Dios. Nació de la necesidad de mantener la armonía entre los hombres y se creó un conjunto de reglas y normas humanas que establecen un marco que parece adecuado, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de individuos e instituciones y esto nada tiene que ver con lo que Dios dice y manda.
Aprovecharé la situación que nos brinda el pasaje para explicar algunos puntos importantes sobre la justicia de Dios.
La palabra justicia significa: Dar a cada quien lo que le corresponde. Muchas personas creen que la justicia de Dios consiste en que recibirían el apoyo de Dios en sus conflictos. Y la expresión de moda es “Dios es justo”, indicando que Dios castigará a sus enemigos.
Debemos tomar en cuenta cual es la visión general de Dios al manejar su justicia. Su Palabra nos dice: Mateo 5:45 “para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos; porque El hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos”. Partiendo de esta base, Dios hace justicia dándole a cada quien su recompensa o su paga. La justicia de Dios está basada en sus propias leyes y no en lo que a nosotros nos parece justo, y todo lo que Dios ha dicho es una ley y nadie la puede contradecir sin caer en desobediencia y recibir su castigo. Sólo Dios puede juzgarnos. Nosotros no vemos nada más que las acciones exteriores de alguna persona; sólo Dios ve los secretos del corazón. Hay muchas personas que exteriormente son un modelo de rectitud y humanamente son declaradas justas, pero en sus pensamientos íntimos son culpables delante de Dios y ahí es cuando Dios analiza y ejerce Su justicia. Y hay otras muchas personas que puedan ser declaradas culpables en juicio humano que juzga las cosas externas, pero ante la mirada penetrante y escrutadora de Dios no lo son.
Por esta razón concluyo con las palabras del v. 144 “Tus estatutos son siempre justos; dame entendimiento para poder vivir”.
Rubén Pelegrina
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