miércoles, 2 de marzo de 2011

Salmo 118 Acción de gracias por la salvación recibida de parte de Dios (6° Parte)

Salmos 118:24-29  Este es el día que hizo Jehová; nos gozaremos y alegraremos en él.
25  Oh Jehová, sálvanos ahora, te ruego; te ruego, oh Jehová, que nos hagas prosperar ahora.
26  Bendito el que viene en el nombre de Jehová; desde la casa de Jehová os bendecimos.
Sal 118:27  Jehová es Dios, y nos ha dado luz; atad víctimas con cuerdas a los cuernos del altar.
28  Mi Dios eres tú, y te alabaré; Dios mío, te exaltaré.
29  Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia.

Comentario:
Para finalizar, el salmista alaba a Dios por la Buena Nueva de gran gozo que será para todo el pueblo, que hay un Salvador que es Cristo el Señor (v.26).
No debemos olvidar que en este Canto el salmista comienza invocando a Dios desde la angustia de su corazón, con el ánimo decaído y una tristeza que le suspende entre el polvo y la gloria para terminar con notables palabras de alabanza y gratitud.
Hay días cuando lo menos que queremos hacer es alegrarnos. Nuestro ánimo está decaído, nuestra situación no está al alcance de nuestras manos, la tristeza o culpabilidad es abrumadora, y en dichos momentos lo mejor es refugiarse en Dios que confiar en el hombre.
En ese día (“este es el día que hizo Jehová”) es cuando escribe este cántico (v. 24) y se refiere con mucha probabilidad, al día cuando puso en las manos de Dios toda la presión que venía soportando (5-7), cuando venció a todas las fuerzas opositoras encarándolas cuando estaban como abejas enardecidas (10-12) y que luego salió victorioso (13-14 y 17-18), el día cuando el Señor rechazado se convirtió en cabeza del ángulo (22); en ese día se gozaba él y en un sentido mucho más amplio es el día de la resurrección de nuestro Señor es un nuevo día de la propia creación de Dios, porque es el amanecer de una nueva dispensación.
V. 25 Como David está intercediendo por el pueblo, hoy nuestro Señor Jesús intercede por la salvación y la prosperidad de sus elegidos, como nuestro intercesor ante el Trono del Padre celestial.
V.26 "¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!." Este hombre campeón había hecho todo "en el nombre del Señor": en el nombre del Señor había derrotado a todos sus adversarios, y había subido al trono, y en ese nombre había entrado en el templo para pagar sus votos.
V.27 "Atad víctimas con cuerdas a los cuernos del altar." Algunos piensan que aquí se nos enseña que el rey ofreció tantos sacrificios que toda la zona de los sacrificios se había llenado, y las víctimas animales fueron incluso atadas al altar, pero tengo mi propia opinión al respecto, y creo que los animales fueron atados al altar antes de ser muertos como solía procederse.
Con la víctima atada al altar está unida la ofrenda más espiritual, la de alabanza (“Sacrifica a Dios alabanza y paga tus votos al Altísimo” Sal.50:14 y 23), expresada en los términos con que principia el Salmo.
Vs. 28-29 “Mi Dios eres tú, y te alabaré…porque para siempre es su misericordia”. Dios nos ha dado la gracia, la salvación y nos prometió la gloria, entonces nos vemos obligados a atribuir toda la alabanza a él, y toda la gloria también. La repetición indica una doble determinación, y establece firmeza en la resolución, la sinceridad demuestra el afecto y la intensidad gratitud.
Sin embargo cuando otros puedan blasfemar de Dios, nosotros le exaltaremos porque él es bueno y para siempre su misericordia.

Rubén Pelegrina


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