lunes, 30 de enero de 2012

Salmo 138 Gratitud por el favor de Dios

Salmos 138:1 Te alabaré con todo mi corazón; delante de los dioses te cantaré salmos.
2  Me postraré hacia tu santo templo, y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad; porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas.
3  El día que clamé, me respondiste; me fortaleciste con vigor en mi alma.
4  Te alabarán, oh Jehová, todos los reyes de la tierra, porque han oído los dichos de tu boca.
5  Y cantarán de los caminos de Jehová, porque la gloria de Jehová es grande.
6  Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, mas al altivo mira de lejos.
7  Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás; contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano, y me salvará tu diestra.
8  Jehová cumplirá su propósito en mí; tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; no desampares la obra de tus manos.

Comentario:

Es un salmo de acción de gracias por la liberación que obtuvo David de muchas penas y problemas. Variado en pensamiento y con lecciones aptas para todos.
V.1 Deberíamos poder alabar a Dios con todo el corazón siempre delante de la corte divina y de todos los hombres, pero la vida nos oprime y a veces no es posible hacerlo debido al vivir en un mundo lleno de congoja e incertidumbre. No significa que si alguna persona no puede cantar o alabar que éste se encuentre en pecado. El sabio Salomón nos advierte que podemos tener el espíritu triste, pero el corazón alegre constituye buen remedio (Prov. 17:22) .
Dios tiene misericordia y fidelidad (V.2), responde en el día de la debilidad y de la angustia (v.3), atiende al humilde y mira de lejos al arrogante (v.6).
El salmo completo nos enmarca la vida de David que tuvo muchas bajas, decepciones, persecuciones, aborrecimiento, escapes y penuria de lo que no le fue fácil salir. Más de una década estuvo huyendo, aún de un familiar suyo, su propio hijo Absalón, en espera del camino hacia la promesa, siempre con esa esperanza. Cuando por fin logra obtener lo que tanto tiempo ansió canta este salmo precioso con palabras sobresalientes que dan fortaleza a cualquier caído en una experiencia similar.
David recibió todo lo contrario a lo que se había imaginado cuando era joven y ya ungido rey, el proyecto de Dios parecía diluirse en medio de catastróficas experiencias. Sin embargo Dios, cumplió su designio, cuando ni él ni los hombres pensaron que era el momento, sino justo cuando todo parecía perdido, Dios se manifiesta.
En este mismo tiempo cuando ya todo se desvanece en nuestra vida, Dios va a cumplir su propósito en nosotros. Será cuando hayamos aprendido todo lo planeado por Él y cuando el tiempo de la prueba se acabe en Su soberanía, mientras tanto debemos ejercitar la paciencia, soportar el dolor y no abandonar el camino. El tramo hacia la cúspide de un servicio cuesta, y mucho de esto lo aprendimos a lo largo de estos salmos.
El proceso hacia la meta propuesta, puede desgastar todas nuestras armaduras y volvernos sensibles, o puede fortalecer como roble el carácter y darle contenido a lo que llegaremos a ser para el momento preciso por Dios.
Solo leer el canto de David de corrido, alienta nuestra alma y fortalece el espíritu.
Muchas veces los propósitos de Dios suelen ser en apariencia ásperos. Sus promesas pueden llegar a parecernos una fantasía y en ocasión podemos llegar a creer que nosotros hemos inventado lo que una vez antes creímos y que lo que Dios nos dice en Su Palabra es una sugestión humana y que son ambiciones carnales de nuestra parte tantas promesas. Pero Dios es fiel y “si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás…extenderás tu mano, y me salvará tu diestra. Jehová cumplirá su propósito en mí” (vs 7-8).
Confiemos en Dios porque Él va a cumplir sus propósitos y no es hombre para mentir.
Cuando soñemos y hagamos planes para el futuro, trabajemos arduamente para ver que esos sueños y planes se vuelven realidad. Pero para hacer lo mejor de esta vida, debemos incluir todos nuestros planes en los de Dios. Solo Él conoce lo mejor para nosotros.

Rubén Pelegrina

jueves, 26 de enero de 2012

Salmo 137 Lamento de los cautivos

Salmos 137:1 Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos, y aun llorábamos,
 Acordándonos de Sion.
2  Sobre los sauces en medio de ella colgamos nuestras arpas.
3  Y los que nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos, y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo: cantadnos algunos de los cánticos de Sion.
4  ¿Cómo cantaremos cántico de Jehová en tierra de extraños?
5  Si me olvidare de ti, oh Jerusalén, pierda mi diestra su destreza.
6  Mi lengua se pegue a mi paladar, si de ti no me acordare; si no enalteciere a Jerusalén como preferente asunto de mi alegría.
7  Oh Jehová, recuerda contra los hijos de Edom el día de Jerusalén, cuando decían: Arrasadla, arrasadla hasta los cimientos.
8  Hija de Babilonia la desolada, bienaventurado el que te diere el pago de lo que tú nos hiciste.
9  Dichoso el que tomare y estrellare tus niños contra la peña.

Comentario:
Este salmo expresa una realidad  cuando echamos una mirada hacia el pasado y hacia algo lejano en el espacio retrospectivo de lo que alguna vez algo bueno experimentamos, y cuando ahora nadie puede arrancar de nuestro interior notas de alegría o canto. Éste se ha ido lejos y es inalcanzable, el solo hecho de pensar en estar contento, no se puede experimentar, no se consigue obtener melodía en el alma.
Se dice que fue escrito poco después del regreso de un cautiverio en Babilonia. Los israelitas habían sido llevados allí por haber dejado de seguir a Dios; pero estando allí cautivos, recordaron lo bueno que era alabar a Dios en Jerusalén y estar contentos por esto.
No valoramos lo que tenemos y lo que Dios nos ha dado hasta que lo perdemos. Mi experiencia dice que esto es real cuando una vez experimenté la sustracción de todos mis bienes durante la noche mientras dormía. Ya no podía pensar en la recuperación y el solo hecho de recordar qué bien me sentía cuando los tenía, aunque no los valoraba entonces, me hacía mal.
Vs.1-4 Los enemigos habían llevado cautivos a los judíos desde su propia patria a Babilonia. Entonces se dedicaban a insultarlos y además como si fuera poco les exigían estar alegres y cantar. Esto se convertía en un martirio, porque solo sabían o podían cantar alabanzas de Sion. Nunca hay que dar placer a los burladores y les responden que no pueden cantar porque están apenados y que la canción que saben es solo un acto de adoración para el Señor y no para cantarla a idólatras.
Vs. 5-7 Ellos no se habían olvidado de Dios, estaban sujetos a esclavitud y su gran temor era hacer algo indebido, cantar para lo que no glorifica a Dios; entonces preferían que la mano derecha se les seque con la que tocaran el arpa o que la lengua se les pegue al paladar que usar mal el cántico de Dios o la mano de la alabanza.
Vs 7-9 El salmista repite una especie de ley que ya fue abrogada, ojo por ojo y diente por diente, que como ellos le habían hecho, ahora les fuera hecho. Arrasaron los cimientos de sus casas, desolaron la ciudad de Jerusalén y mataron a sus hijos contra la roca.
Lejos esté de nosotros el vengarnos de esa manera, es mejor dejar todo a Dios que dijo: “Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo”. (Hebreos 10:30). “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. (Romanos 12:19) 

Rubén Pelegrina



lunes, 23 de enero de 2012

Salmo 136 La misericordia eterna de Dios

Salmos 136:1  Alabad a Jehová, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia.
2  Alabad al Dios de los dioses, porque para siempre es su misericordia.
:3  Alabad al Señor de los señores, porque para siempre es su misericordia.
4  Al único que hace grandes maravillas, porque para siempre es su misericordia.
5  Al que hizo los cielos con entendimiento, porque para siempre es su misericordia.
6  Al que extendió la tierra sobre las aguas, porque para siempre es su misericordia.
7  Al que hizo las grandes lumbreras, porque para siempre es su misericordia.
8  El sol para que señorease en el día, porque para siempre es su misericordia.
9  La luna y las estrellas para que señoreasen en la noche, porque para siempre es su misericordia.
10  Al que hirió a Egipto en sus primogénitos, porque para siempre es su misericordia.
11  Al que sacó a Israel de en medio de ellos, porque para siempre es su misericordia.
12  Con mano fuerte, y brazo extendido, porque para siempre es su misericordia.
13  Al que dividió el Mar Rojo en partes, porque para siempre es su misericordia;
14  E hizo pasar a Israel por en medio de él, porque para siempre es su misericordia;
15  Y arrojó a Faraón y a su ejército en el Mar Rojo, porque para siempre es su misericordia.
16  Al que pastoreó a su pueblo por el desierto, porque para siempre es su misericordia.
17  Al que hirió a grandes reyes, porque para siempre es su misericordia;
18  Y mató a reyes poderosos, porque para siempre es su misericordia;
19  A Sehón rey amorreo, porque para siempre es su misericordia;
20  Y a Og rey de Basán, porque para siempre es su misericordia;
21  Y dio la tierra de ellos en heredad, porque para siempre es su misericordia;
22  En heredad a Israel su siervo, porque para siempre es su misericordia.
23  El es el que en nuestro abatimiento se acordó de nosotros, porque para siempre es su misericordia;
24  Y nos rescató de nuestros enemigos, porque para siempre es su misericordia.
25  El que da alimento a todo ser viviente, porque para siempre es su misericordia.
26  Alabad al Dios de los cielos, porque para siempre es su misericordia.

Comentario:
Este salmo es un canto antifonal, vocalizado por dos grupos como una en una especie de canto y contra canto con la frase tipo estribillo que se repite 26 veces, “porque para siempre es tu misericordia”, conocido como el Gran Hallel por los judíos, que en hebreo significa “aclamar” o “gloriarse en”. O quizás fue una lectura de respuesta, la gente decía estas palabras al unísono después de cada oración que decía el líder. La repetición motiva que la lección importante penetre en nosotros. El amor de Dios incluye aspectos de amor, bondad, misericordia y fidelidad, todo lo que al hombre le falta. Nunca tendremos que preocuparnos que Dios se quede sin amor debido a que su bondad amorosa fluye de una fuente que nunca se agota.
Entonces el salmo proclama la bondad del Dios eterno, que hizo sobre todo los cielos y las maravillas que en ellos hay con entendimiento, actuando sobre su pueblo con castigo y recompensa, siendo el castigo el fruto de las malas obras y la recompensa el premio de Su voluntad al buen proceder. A Dios debemos alabar por su rescate, alimento y provisión terrenal.  
A través de la historia Dios hizo grandes hazañas, como la creación y grandes salvamentos que sirvieron y sirven como recuerdo y memorial para permanecer constante en la mente de los antiguos lectores y también en la nuestra.
Si nosotros hacemos un llamado a nuestra conciencia de las veces que Dios actuó con hechos salvíficos en nuestra vida, no podremos menos que alabar su bondad y proclamar su misericordia y gloriarnos en Él.
Dios es bueno porque quiere lo mejor para nosotros, aunque muchas veces no lo interpretamos así, y pasado el tiempo decimos que verdaderamente Dios no se había equivocado cuando nos dio algo que nosotros no aceptamos como acto bondadoso o dijo “no” a nuestro pedido de oración.
La soberanía de Dios se manifiesta en dimensiones sin límite. Algunas veces se refiere al pasado remoto, y otras al futuro distante, por eso repite que su misericordia es para siempre, como expresando desde siempre y para siempre. Isaías 40:28  “¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance”.
Debemos entender que Dios hace cosas definidas. Las hizo en la creación y perduran hasta hoy sin alteración, las hizo en el pasado en el éxodo y el mismo Dios actúa en nuestra historia hoy.
En el verso 12 se nos habla de una mano fuerte y un brazo extendido por parte de Dios para sacar al pueblo de la opresión. El brazo extendido es una metáfora, que indica el poder de Dios. Nosotros extendemos el brazo que Dios nos hizo, cuando hace falta algún esfuerzo especial de alcance. Dios manifestó su poder de alcance para rescatar a su pueblo de la opresión, y su mano para llevarles a través del desierto con llama de fuego y columna de humo. ¿No es la misma mano y el mismo brazo extendido que nos alcanza y sostiene hoy? Eclesiastés 2:24  “No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma se alegre en su trabajo. También he visto que esto es de la mano de Dios”.

Rubén Pelegrina




viernes, 20 de enero de 2012

Salmo 135 La grandeza de Dios y la vanidad de los ídolos

Salmos 135: 1-21  Alabad el nombre de Jehová; alabadle, siervos de Jehová;
2  Los que estáis en la casa de Jehová, en los atrios de la casa de nuestro Dios.
3  Alabad a JAH, porque él es bueno; cantad salmos a su nombre, porque él es benigno.
4  Porque JAH ha escogido a Jacob para sí, a Israel por posesión suya.
5  Porque yo sé que Jehová es grande, y el Señor nuestro, mayor que todos los dioses.
6  Todo lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos.
7  Hace subir las nubes de los extremos de la tierra; hace los relámpagos para la lluvia;
 Saca de sus depósitos los vientos.
8  Él es quien hizo morir a los primogénitos de Egipto, desde el hombre hasta la bestia.
9  Envió señales y prodigios en medio de ti, oh Egipto, contra Faraón, y contra todos sus siervos.
10  Destruyó a muchas naciones, y mató a reyes poderosos;
11  A Sehón rey amorreo, a Og rey de Basán, y a todos los reyes de Canaán.
12  Y dio la tierra de ellos en heredad, en heredad a Israel su pueblo.
13  Oh Jehová, eterno es tu nombre; tu memoria, oh Jehová, de generación en generación.
14  Porque Jehová juzgará a su pueblo, y se compadecerá de sus siervos.
15  Los ídolos de las naciones son plata y oro, obra de manos de hombres.
16  Tienen boca, y no hablan; tienen ojos, y no ven;
17  Tienen orejas, y no oyen; tampoco hay aliento en sus bocas.
18  Semejantes a ellos son los que los hacen, y todos los que en ellos confían.
19  Casa de Israel, bendecid a Jehová; casa de Aarón, bendecid a Jehová;
20  Casa de Leví, bendecid a Jehová; los que teméis a Jehová, bendecid a Jehová.
21  Desde Sion sea bendecido Jehová, quien mora en Jerusalén.  Aleluya.

Comentario:
Este salmo es un compuesto de partes de otros salmos ya analizados y de pasajes del Antiguo Testamento, como por ejemplo Deuteronomio 7:6  “Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra”, donde se reconoce a todos como santos. Pensando en que el escritor interpreta a toda persona como siervo de Dios (ver v. 14), además de los reconocidos sacerdotes y levitas, nos consideraremos como tales, personas santas y apartadas para Dios.
A diario tenemos que tomar diferentes decisiones, como qué nos vamos a colocar de vestimenta, qué comida tomaremos o qué cosas haremos primero. Entre dichas decisiones hay una que debemos cumplir y el salmista de manera imperativa nos alienta hacer.
Vs. 1-5  “Alabad el nombre de Jehová; alabadle, siervos de Jehová”. En esta invitación exigente se anima a enaltecer a Dios por quien Él es en naturaleza y esencia, un ser bueno, benigno. “Alabad al Señor, porque el Señor es infinitamente bueno; canta himnos a su excelso Nombre, que es amable”. (v.3 V.T.A.).
En el v. 4 menciona que el Señor ha escogido para sí a Jacob; a Israel, para propiedad suya porque en su soberanía hace lo que quiere. Esto no significa que unos sean mejores que otros, sino que demuestra que Dios elige en su anticipado conocimiento de la humanidad.
Vs 6-12 Traslada nuestra mente a considerar Su grandeza y como tal dice que hizo cuantas cosas quiso; así en el cielo como en la tierra, en el mar y en todos los abismos. El hace venir las nubes de la extremidad de la tierra, y hace los relámpagos para la lluvia. Él es el que hace salir los vientos de sus depósitos; hace señales y prodigios (v.9), trata con las naciones, y quita la vida a reyes poderosos, y entregó sus tierras como herencia, para su pueblo Israel.
Vs 13-14 Repite algo que ya dijo para reafirmar el pensamiento, dirigiéndose a Dios y reconociendo que es eterno y su misericordia no cambia de generación en generación; por eso es confiable. Aun en el final de los tiempos el salmista confía y afirma que Dios será justo y a la vez tendrá misericordia de sus siervos.
Nos hacemos personas confiables en la medida que imitamos a Dios y no cambiamos la manera de ser o pensar, o sea que siempre tratamos de ser iguales, firmes y estables.
Vs 15-21 Lleva nuestro pensamiento a comparar la bajeza de un ídolo o una imagen. La adoración al Dios verdadero implica renunciar a todo esto. La verdadera fe en Dios requiere tomar una decisión definida, de lo contrario es una burla. Esos ídolos no tienen ningún poder, son simplemente una creación y proyección del ser humano.
El salmo no termina reprobando la idolatría; la mejor arma que usa contra la falsa religión es la decisión y acción definida de alabar y bendecir a Dios y enseñar esto a otros.

Rubén Pelegrina


jueves, 19 de enero de 2012

Salmo 134 La bendición de Dios

Salmos 134: 1-3 Mirad, bendecid a Jehová, vosotros todos los siervos de Jehová, los que en la casa de Jehová estáis por las noches.
2  Alzad vuestras manos al santuario, y bendecid a Jehová.
3  Desde Sion te bendiga Jehová, el cual ha hecho los cielos y la tierra.

Comentario:
Estamos frente a un salmo breve, que parecería no ser para cualquier persona porque se refiere a los que sirven a Dios en el Templo, pero no es así.
Se dirige a los guardias que protegían el templo y el énfasis se encuentra en los que estaban de noche. La noche siempre es propicia para dormir y olvidar las tareas obligatorias a realizar.
V. 1 Si se trata de trabajo siempre es más difícil hacer las cosas con gusto y de corazón por la noche, el día va cansando al trabajador y cuando llega la noche generalmente no hay tanta euforia como por la mañana. El mandato es “alaben al Señor, todos sus siervos que trabajan por la noche en el templo." Siempre es un privilegio servir a Dios, ya sea de día o de noche, y a muchas personas Dios no les da ese privilegio por no tener aptitud o no merecerlo, o porque Dios quiere otra cosa para ellos. Quienes tienen el privilegio de trabajar en el templo no deben hacerlo por mera rutina o por costumbre, sino de corazón y con entusiasmo. El salmo 5:7 nos motiva: “Mas yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa; adoraré hacia tu santo templo en tu temor”.
V.2 “Alzad vuestras manos al santuario, y bendecid a Jehová”. Muchos pueden argumentar que si ya están en el santuario no es necesario alzar las manos. La traducción del verso podría corresponder a levantar las manos “a lugares santos” o “a cosas santas”, o “en santidad”, y otros pueden pensar en el santuario celestial. Yo me atrevo a creer que debían levantar las manos hacia el lugar santísimo o hacia el santuario celestial. El acto de levantar las manos es sacrificial y demuestra honra hacia Dios. Una acción de alabar a Dios en donde él está, reverenciándole, honrándole mediante la calidad del trabajo y la actitud de servicio que cumple.
V.3 “Desde Sion te bendiga Jehová, el cual ha hecho los cielos y la tierra”. Es notable descubrir un gran secreto que refleja el texto. El salmista pide que Dios bendiga desde Sión, cuando el santuario de Dios es el infinito y él puede bendecir desde cualquier lugar porque es Dios y está en todo lugar y él no tiene ni espacio ni límites, porque los cielos de los cielos no pueden contenerle (1° Reyes 8:27) y por su omnipresencia podemos recurrir a él desde cualquier parte de nuestro mundo, como lo vimos expresado en salmo 132: 6 “He aquí en Efrata lo oímos; lo hallamos en los campos del bosque..” Dios está con todos y con cada uno de nosotros, para ayudarnos, para compadecerse de nosotros, para que nos refugiemos en él y para comunicarnos con él en oración.
Cabe preguntarnos ¿Por qué el salmista dice que desde Sión sea la bendición entonces?
Sión es Jerusalén y dice que desde ese mismo lugar te bendiga Dios, desde donde ahora se encuentra, desde el mismo santuario. Dios nos bendice desde el lugar en donde estamos y en el momento oportuno en el que estamos. Se cierra el salmo acertadamente con la bendición de los peregrinos que han viajado a Jerusalén para las fiestas y allí recibirían la bendición de Dios. (Prov 15:3)  “Los ojos de Jehová están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos”.

Rubén Pelegrina

miércoles, 18 de enero de 2012

Salmo 133 Bendiciones de la unidad

Salmos 133:1-3 ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!
2  Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras;
3  Como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí envía Jehová bendición, y vida eterna.

Comentario:
V.1 “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!”
El tema central del salmo es la armonía, la concordia o fraternidad que bendecido por Dios provoca excelentes resultados.
Si usted no entiende este salmo, voy a explicar la armonía con un ejemplo que yo comprendo puede ser práctico porque me gusta la música y toco algunos instrumentos. Una guitarra tiene seis cuerdas, finas, medianas y más gruesas, que deben estar afinadas cada una en su tono, todas son diferentes y deben sonar desiguales, pero juntas al apretar un acorde suenan muy bien si están afinadas cada cual en el tono correcto y pueden deleitar al oyente. La gran mayoría de los pianos cuentan con 88 teclas, de las cuales un tercio son negras para los sostenidos y bemoles y las naturales blancas son 58. Todas juntas no suenan bien porque cada una tiene su tono diferente, pero tocadas en armonía o en acordes suenan muy bien.
David declaró que la armonía es deliciosa y buena, placentera y cómoda. Pero vivir en armonía no significa que debamos estar de acuerdo en todo; habrá tantas opiniones como notas en un acorde musical.
La armonía es importante porque permite que en un grupo todos sean un ejemplo positivo en la diversidad ante los demás y motiva para ser un foco de atracción para otros, así como el insecto vuela hacia la luz; ayuda a funcionar como un cuerpo y si se trata de la iglesia, esto según el propósito de Dios, nos muestra un anticipo del cielo; y renueva o revitaliza los distintos departamentos, grupos o ministerios para que haya menos tensión que socava nuestra energía.
V.2 “Es como el buen óleo sobre la cabeza” ¿Por qué se grafica la armonía con este ejemplo? Nos dice el comentarista de la Biblia del Diario Vivir que Moisés utilizó un aceite costoso para ungir a Aarón como el primer sumo sacerdote de Israel (Éxodo 29:7) y para dedicar a todos los sacerdotes al servicio de Dios. David utilizó el ejemplo conocido para representar la unidad de la hermandad, al igual que el aceite de la unción, muestra nuestra dedicación a servir a Dios con todo nuestro corazón y provoca bendición, al igual que el rocío que desciende sobre la faz de la tierra.
V.3 “Como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí envía Jehová bendición, y vida eterna”.  Y nos grafica con el rocío que caía sobre el monte Hermón, con un poder fertilizador sobre todos esos territorios, pero especialmente sobre los montes de Sión, porque estos salmos (132-134) se centran en Sión que es la montaña que se encuentra al sur de Judá; y la consecuencia que obtuvimos de allí es que el Señor ha mandado, para siempre, la bendición de la vida”.  
Con ambas figuras, el aceite de la unción y el rocío, descubrimos una acción de “descender”. Esta armonía, esta bendición desciende de Dios y afecta a todo el cuerpo, a todo el pueblo y a cada persona en particular, el resultado es que la unidad bendecida por Dios da frutos en buenas obras.

Rubén Pelegrina



domingo, 15 de enero de 2012

Salmo 132 Oración por bendición

Salmos 132:1  Acuérdate, oh Jehová, de David, y de toda su aflicción;
2  De cómo juró a Jehová, y prometió al Fuerte de Jacob:
3  No entraré en la morada de mi casa, ni subiré sobre el lecho de mi estrado;
4  No daré sueño a mis ojos, ni a mis párpados adormecimiento,
5  Hasta que halle lugar para Jehová, morada para el Fuerte de Jacob.
6  He aquí en Efrata lo oímos; lo hallamos en los campos del bosque.
7  Entraremos en su tabernáculo; nos postraremos ante el estrado de sus pies.
8  Levántate, oh Jehová, al lugar de tu reposo, tú y el arca de tu poder.
9  Tus sacerdotes se vistan de justicia, y se regocijen tus santos.
10  Por amor de David tu siervo no vuelvas de tu ungido el rostro.
11  En verdad juró Jehová a David, y no se retractará de ello: de tu descendencia pondré sobre tu trono.
12  Si tus hijos guardaren mi pacto, y mi testimonio que yo les enseñaré, sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre.
13  Porque Jehová ha elegido a Sion; la quiso por habitación para sí.
14  Este es para siempre el lugar de mi reposo; aquí habitaré, porque la he querido.
15  Bendeciré abundantemente su provisión; a sus pobres saciaré de pan.
16  Asimismo vestiré de salvación a sus sacerdotes, y sus santos darán voces de júbilo.
17  Allí haré retoñar el poder de David; he dispuesto lámpara a mi ungido.
18  A sus enemigos vestiré de confusión, mas sobre él florecerá su corona.

Comentario:
Vs. 1-5 La introducción del salmo es un excelente ejemplo de lo que todo ser humano debería siempre hacer, esto es no desear otra cosa hasta no haber cumplido con Dios. “No gozaré del calor del hogar, ni me daré un momento de descanso; no me permitiré cerrar los ojos, y ni siquiera el menor pestañeo, antes de hallar un lugar para el Señor”. (V. BAD) Fundando nuestra meditación en la historia, nos trasladamos al libro de 2° Samuel 7, en donde David se propone construir una casa para el Señor, sólo para toparse con que el Señor tenía el mismo propósito de construirle una casa a él (7:11), así que aquí leemos en el v.2 el juramento de David: “cómo juró a Jehová, y prometió al Fuerte de Jacob…”
La lección práctica es muy buena para nosotros, aprendiendo que siempre que nos propongamos realizar algo para Dios, Él se encontrará con nosotros para proveernos de toda necesidad que tengamos. David se propuso hacer una casa para Dios y Dios le hizo una casa a él. ¿No es una verdadera motivación para que siempre nos movamos en el camino y dirección de Dios con la meta puesta en él o como diría el escritor sagrado: “puestos los ojos en Jesús” y el apóstol Pablo: “prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento en Cristo Jesús”?
Vs 6-9) Lo que sigue es una gran devoción humana para cumplir la promesa realizada. Podemos creer por lo que se expresa que los amigos de David se refieren a donde él alguna vez vivió, en Efrata y seguramente oyeron del arca, ese cofre sagrado que él encontró la primera vez “en los campos del bosque”.
Vs. 10-12 Esta promesa de que los descendientes de David se sentarían en el trono para siempre se encuentra en 2° Samuel 7:8-29. Ellos gobernarían perpetuamente sobre Israel mientras siguieran a Dios (v.11), y la línea real de David nunca terminaría (v.12).
El guardar los mandamientos de Dios nos asegura bendiciones inacabables y sorpresas que nunca pensamos.
Vs 13-18 Dios promete bendecir con creces nuestras provisiones, y saciar de pan a los pobres. (v.15)
Su deseo es habitar con nosotros, pero qué poco deseamos nosotros estar con Él. Damos mucho lugar al trabajo, al estudio y al descanso y descuidamos lo que verdaderamente vale. “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas os serán añadidas”. (Mateo 6: 33)
Dios habitó en Sion hasta que los pecados de Israel le cansaron y los entregó a los saqueadores. Pidamos a Dios que no nos abandone cuando nosotros le olvidamos, y no nos entregue en forma semejante a los ladrones del gozo, de la paz, del amor y cualquier otro ladrón que se introduzca.
El pueblo de Dios debe estar contento con poco en este mundo, porque hay cosas mejores preparadas para nosotros en la gloria, aunque Él da más de lo que pedimos, y desde que tenemos salvación, nos da gozo abundante que no sabemos aprovechar o no hemos aprendido a disfrutar. Hagámoslo hoy.

Rubén Pelegrina


jueves, 5 de enero de 2012

Salmos 131 Confianza en Dios como la de un niño

Salmos 131: 1-3 Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron;  Ni anduve en grandezas, ni en cosas demasiado sublimes para mí.
2  En verdad que me he comportado y he acallado mi alma como un niño destetado de su madre; como un niño destetado está mi alma.
3  Espera, oh Israel, en Jehová, desde ahora y para siempre.

Comentario:
En este salmo se desarrolla un tema parecido al del salmo anterior (la esperanza) pero poniendo mayor énfasis en la confianza, como la de un niño que queda completamente satisfecho al final del amamantamiento, solamente espera que su madre lo vuelva a alimentar, sin estar pidiendo o gritando. A eso nos motiva el salmista al final del salmo, a esperar sin estar reclamando.
Al leer este salmo, muchos de nosotros nos podemos hacer la misma pregunta, ¿Por qué comienza hablando del envanecimiento, la grandeza y la exaltación? (V.1) Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron;  Ni anduve en grandezas, ni en cosas demasiado sublimes para mí”.  David era rey y este puesto o lugar en el escalafón humano podría haberlo exaltado, mas no fue así sino que nos enseña el comportamiento piadoso que tuvo al asumir en su puesto de rey, el temperamento humilde que tomó y cómo se mantuvo sumiso como un verdadero hijo de Dios.
Inmediatamente pasa a tocar el tema de la espera, que si bien es parecido a la esperanza, no es lo mismo. Son dos conceptos distintos, pero que pueden ir de la mano...la paciencia y tiempo de espera, pueden incrementarse y hacerse más tolerables (en el caso de cuestiones que nos sean difíciles) debido a una esperanza. El esperar... puede tener varios destinos, podemos esperar algo malo o bueno en cualquier circunstancia y la esperanza siempre va a buscar un desenlace feliz en Dios...La esperanza está llena siempre de ilusión y de propósitos positivos y ventajas que se obtienen del creer en Dios como guía y sostenedor de una mejor y más abundante ventaja que el solo esperar. Dijimos en el salmo anterior que la esperanza que tiene por objeto a Dios, tiene tres aspectos: la espera del futuro, la confianza y la paciencia de la espera.
El salmista quiso decirle a Israel que tuviera esperanza mientras dure el tiempo de la espera. Es difícil traducir del hebreo al español ambas palabras. Curiosamente esperar y esperanza tienen el mismo significado en el idioma Griego.
Concluimos con un texto. El Salmo 37:7 dice: Guarda silencio ante Jehová y espera en EL. El prudente calla, (Proverbios 11:12) y guarda la lengua esperando, (Proverbios 21:23).
Rubén Pelegrina