jueves, 31 de marzo de 2011

Salmo 119 La excelencia de la Palabra de Dios (3° Parte)

Salmos 119:17-24  Haz bien a tu siervo; que viva, y guarde tu palabra.
18  Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley.
19  Forastero soy yo en la tierra; no encubras de mí tus mandamientos.
20  Quebrantada está mi alma de desear  tus juicios en todo tiempo.
21  Reprendiste a los soberbios, los malditos, que se desvían de tus mandamientos.
22  Aparta de mí el oprobio y el menosprecio, porque tus testimonios he guardado.
23  Príncipes también se sentaron y hablaron contra mí; mas tu siervo meditaba en tus estatutos,
24  Pues tus testimonios son mis delicias y mis consejeros.  Guímel

Comentario:
El resumen de este párrafo se encuentra en el verso 20 donde expresa el ardor del alma del salmista  por los deseos de amar la santa y justísima Palabra en todo tiempo.
V. 17-18  “Haz bien a tu siervo; que viva, y guarde tu palabra”.  Para comenzar diremos que tres cosas desea el fiel escritor. Que Dios le conceda vida, para tener un tiempo más en obedecer y en guardar Su Palabra. La vida debe ser deseable con el solo  fin de obedecer y servir a Dios, y para poder hacerlo correctamente, debemos intentar tener los ojos abiertos para contemplar su verdad, y desear celosamente entenderla bien; lo segundo que desea es obtener una bendición de Dios y lo tercero guardar Su Palabra.
V.19 El salmista se siente como un extraño (forastero) sobre la tierra y está siendo reprochado por Príncipes (v.23); pero sabemos y como lo adelanta el pasaje (v.24) Dios amonestará a los que desprecian Su Palabra, y librará a sus siervos del reproche de aquellos, dándoles valor y audacia en la verdad y por la verdad, aun delante de los hombres más poderosos. Por otro lado tenemos que decir que es bueno y malo sentirse como forastero en el mundo. Es bueno porque realmente los cristianos somos extranjeros y advenedizos o de afuera porque nuestra morada eterna es el cielo y es malo sentirse forastero porque con ese pensamiento no se lleva una vida comprometida con la gente. El escritor se siente extraño a los deseos y valores del mundo, y está propenso a perderse. Para evitarlo necesita conocer el sentido verdadero y la aplicación correcta de la Palabra de Dios.
V.20 Este texto califica a todo el pasaje que es la presión mental que siente el salmista a todas horas por el deseo de conocer los decretos de Dios y hallar consuelo en Su Palabra. El consuelo de la Palabra de Dios es delicia para el alma bondadosa, cuando no existen otros consuelos; y los que quieren que los testimonios de Dios sean su delicia, deben ser aconsejados por ellos. Que el Señor nos dirija para ejercitarnos en el  arrepentimiento del pecado y en colocar toda la fe en Cristo.
V.22 “Aparta de mí el oprobio y el menosprecio, porque tus testimonios he guardado”. Nuestras pasiones dificultan la vida de santidad como lo da a entender en el verso 9 y aquí también porque causa vergüenza (oprobio). La tierra es un lugar extraño (19); la sociedad contiene a los que abandonan la palabra (21), y el que se mantiene firme en los propósitos de Dios debe pedir que Dios aparte de nuestro lado todo lo que sea degradación.
Vs 23-24 La frase denota una constante búsqueda de Dios, cuando los poderosos se confabulaban contra él, meditaba en la Palabra de Dios, porque era su deleite y también su consejera.

Rubén Pelegrina

viernes, 18 de marzo de 2011

Salmo 119 La excelencia de la Palabra de Dios (2° Parte)

Salmos 119:9-16  ¿Con qué limpiará el joven su camino?  Con guardar tu palabra.
10  Con todo mi corazón te he buscado; no me dejes desviarme de tus mandamientos.
11  En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.
12  Bendito tú, oh Jehová; enséñame tus estatutos.
13  Con mis labios he contado todos los juicios de tu boca.
14  Me he gozado en el camino de tus testimonios más que de toda riqueza.
15  En tus mandamientos meditaré; consideraré tus caminos.
16  Me regocijaré en tus estatutos; no me olvidaré de tus palabras. Bet

Comentario:
El comienzo de este párrafo en motivador y podemos hacerle una pregunta al salmista para obtener la respuesta inmediata: ¿Con qué puede un joven mantener puro su camino?
En el párrafo anterior (1-9) vimos el más grande anhelo que tenía este hombre: “¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos!” (v.5). Ahora plantea una de las preguntas más populares en este largo salmo, “¿Con  qué limpiara el joven su camino?” (v. 9) Uniendo ambos párrafos tenemos dos temas, el orden y la limpieza.
Muchos han aprendido este texto de memoria, pero pocos lo han aplicado en su vida y llegando a viejos deben reprocharse a sí mismos tamaño error.
A la limpieza siempre la precede el orden. No podemos limpiar bien la oficina o nuestro cuarto si no ordenamos primero las cosas. A muchos de nosotros nos molesta y disgusta el desorden y la inmundicia pero a veces nos terminamos acostumbrando a vivir en medio de la suciedad y falta de orden.
No es en absoluto una tarea fácil ésta que el prudente escritor pone delante de sí. Quiere elegir una forma pura de vivir y limpiarse de cualquier suciedad que pueda surgir en el futuro, y para terminar en el último texto mostrando el rumbo claro que debe seguir: “Me regocijaré en tus estatutos; no me olvidaré de tus palabras” (v.16).
Todos tenemos en la vida, y el mismo salmista tenía en su naturaleza, la tendencia hacia lo que contamina.
El camino, o la vida misma del hombre ha de ser purificada mediante la confesión diaria  de pecados y manteniéndose libre de los pecados que por la tentación se presenten delante.
El siguiente secreto consiste en cumplir lo que nos dicen los vs 14-15: “Me he gozado en el camino de tus testimonios más que de toda riqueza. En tus mandamientos meditaré; consideraré tus caminos”.
Deleitarse en la Palabra de Dios es una prueba segura de que ésta ha surtido efecto sobre el corazón, y también que los caminos personales están siendo considerados. Como el avaro a menudo se vuelve a mirar a su tesoro, también lo hace el creyente devoto a su vez por la meditación frecuente sobre la riqueza invaluable que ha descubierto en el libro del Señor, se vuelve una y otra vez para descubrir en qué está fallando.
V.16  “Me regocijaré en tus estatutos; no me olvidaré de tus palabras”. Los hombres no olvidamos fácilmente lo que hemos atesorado, lo que hemos meditado (15), y de lo que hemos hablado a menudo (13). Sin embargo, la memoria es traicionera y tendríamos que esforzarnos en decir: "no voy a olvidar."
Este salmo se caracteriza por repetir muchas veces algunos conceptos, pero algo en la posición o forma de cada verso afecta su significado, de modo que aun cuando sus palabras sean casi idénticas a las de otro, el sentido es deliciosamente variado.

Rubén Pelegrina


jueves, 10 de marzo de 2011

Salmo 119 La excelencia de la Palabra de Dios

Salmos 119:1-8 Bienaventurados los perfectos de camino, los que andan en la ley de Jehová.
2  Bienaventurados los que guardan sus testimonios, y con todo el corazón le buscan;
3  Pues no hacen iniquidad los que andan en sus caminos.
4  Tú encargaste que sean muy guardados tus mandamientos.
5  ¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos para guardar tus estatutos!
6  Entonces no sería yo avergonzado, cuando atendiese a todos tus mandamientos.
7  Te alabaré con rectitud de corazón cuando aprendiere tus justos juicios.
8  Tus estatutos guardaré; no me dejes enteramente.  Alef

                                               Comentario:
Este salmo contiene 22 secciones que se ordenan de acuerdo al alfabeto hebreo y Alef sería el comienzo y Tau el final. Es el salmo y el capítulo más largo de la Biblia y no se conoce con seguridad quien es el autor, quizás Esdras lo escribiera después de la reconstrucción del templo (Esdras 6:14-15) como una meditación repetitiva acerca de la belleza de la Palabra de Dios y sus cualidades, destacando diferentes aspectos de ella (ley, testimonio, mandamiento, estatuto, juicios, palabra, dicho, preceptos, caminos, sendas) y de la forma en que nos auxilia para permanecer puros y para crecer en la fe.
Este salmo tiene veintidós secciones estructuradas con prolijidad. Todos los versículos mencionan el término Palabra de Dios o un sinónimo excepto el 122.
En la época en que se escribió eran comunes las repeticiones y la gente no tenía copias de las Escrituras para leerlas como lo hacemos hoy nosotros, así que entre la gente común, la Palabra de Dios se memorizaba y se transmitía en forma verbal.
La disposición en que se encuentra estructurado el salmo permite la fácil memorización, que hoy está en el olvido de la mayoría de los cristianos.
Recordemos que la Palabra de Dios es la única guía segura para tener una vida más pura y próspera y son dichosos los que la guardan y de todo corazón la buscan.
También todos aquellos que jamás hacen o practican lo malo, sino que siguen los caminos de Dios, serán dichosos y prósperos, porque han establecido los mandatos como una guía, para cumplirlos fielmente. El gran deseo del Maligno, es que los hombres piensen que tienen la libertad de seguir o no la palabra de Dios, según les plazca (v.5) para acarrearles vergüenza cuando se dan cuenta que están desconsiderando los mandamientos de Dios (v.6).
El salmista ansiaba aprender la Palabra de Dios y dar la gloria a Dios y también   reconoce que su necesidad de la gracia divina es muy grande y no lo hace como años futuros Pedro dijera: Maestro, te seguiré donde quiera que fueres, a la cárcel y aún a la muerte, (Lucas 22:33) para después no cumplir con la promesa y negar al Maestro tres veces. “Voy a seguir", debe ir acompañado de una firme decisión no jactanciosa y un humilde cumplimiento de la promesa. “Tus decretos cumpliré; no me abandones”, (v.8).

Rubén Pelegrina

miércoles, 2 de marzo de 2011

Salmo 118 Acción de gracias por la salvación recibida de parte de Dios (6° Parte)

Salmos 118:24-29  Este es el día que hizo Jehová; nos gozaremos y alegraremos en él.
25  Oh Jehová, sálvanos ahora, te ruego; te ruego, oh Jehová, que nos hagas prosperar ahora.
26  Bendito el que viene en el nombre de Jehová; desde la casa de Jehová os bendecimos.
Sal 118:27  Jehová es Dios, y nos ha dado luz; atad víctimas con cuerdas a los cuernos del altar.
28  Mi Dios eres tú, y te alabaré; Dios mío, te exaltaré.
29  Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia.

Comentario:
Para finalizar, el salmista alaba a Dios por la Buena Nueva de gran gozo que será para todo el pueblo, que hay un Salvador que es Cristo el Señor (v.26).
No debemos olvidar que en este Canto el salmista comienza invocando a Dios desde la angustia de su corazón, con el ánimo decaído y una tristeza que le suspende entre el polvo y la gloria para terminar con notables palabras de alabanza y gratitud.
Hay días cuando lo menos que queremos hacer es alegrarnos. Nuestro ánimo está decaído, nuestra situación no está al alcance de nuestras manos, la tristeza o culpabilidad es abrumadora, y en dichos momentos lo mejor es refugiarse en Dios que confiar en el hombre.
En ese día (“este es el día que hizo Jehová”) es cuando escribe este cántico (v. 24) y se refiere con mucha probabilidad, al día cuando puso en las manos de Dios toda la presión que venía soportando (5-7), cuando venció a todas las fuerzas opositoras encarándolas cuando estaban como abejas enardecidas (10-12) y que luego salió victorioso (13-14 y 17-18), el día cuando el Señor rechazado se convirtió en cabeza del ángulo (22); en ese día se gozaba él y en un sentido mucho más amplio es el día de la resurrección de nuestro Señor es un nuevo día de la propia creación de Dios, porque es el amanecer de una nueva dispensación.
V. 25 Como David está intercediendo por el pueblo, hoy nuestro Señor Jesús intercede por la salvación y la prosperidad de sus elegidos, como nuestro intercesor ante el Trono del Padre celestial.
V.26 "¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!." Este hombre campeón había hecho todo "en el nombre del Señor": en el nombre del Señor había derrotado a todos sus adversarios, y había subido al trono, y en ese nombre había entrado en el templo para pagar sus votos.
V.27 "Atad víctimas con cuerdas a los cuernos del altar." Algunos piensan que aquí se nos enseña que el rey ofreció tantos sacrificios que toda la zona de los sacrificios se había llenado, y las víctimas animales fueron incluso atadas al altar, pero tengo mi propia opinión al respecto, y creo que los animales fueron atados al altar antes de ser muertos como solía procederse.
Con la víctima atada al altar está unida la ofrenda más espiritual, la de alabanza (“Sacrifica a Dios alabanza y paga tus votos al Altísimo” Sal.50:14 y 23), expresada en los términos con que principia el Salmo.
Vs. 28-29 “Mi Dios eres tú, y te alabaré…porque para siempre es su misericordia”. Dios nos ha dado la gracia, la salvación y nos prometió la gloria, entonces nos vemos obligados a atribuir toda la alabanza a él, y toda la gloria también. La repetición indica una doble determinación, y establece firmeza en la resolución, la sinceridad demuestra el afecto y la intensidad gratitud.
Sin embargo cuando otros puedan blasfemar de Dios, nosotros le exaltaremos porque él es bueno y para siempre su misericordia.

Rubén Pelegrina