Efesios 2:6 Entre el
cielo y la tierra
6. “Y juntamente con
él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con
Cristo Jesús”.
Comentario:

Si estamos
resucitados y sentados en lugares celestiales con Cristo Jesús, nuestra mente,
nuestras actitudes, deberían cambiar. Dios, al resucitar a Jesucristo, nos
resucitó y nos dio un lugar en el cielo, junto a él y sabemos que nuestros
cuerpos también resucitarán y que ya se nos ha dado el poder para vivir de
manera diferente ahora la vida cristiana. Estas ideas se hallan combinadas en
la imagen que Pablo nos transmite, cuando habla de estar sentado con Cristo en
"lugares celestiales" y a la vez viviendo la vida en la tierra. Si
leyéramos más seguido estos textos, viviríamos más cerca espiritualmente del
Creador.
El estado de pecado
es el estado de conformidad con este mundo, y el estado de la vida espiritual
es el estado de vivir en conformidad a lo que el Espíritu Santo impulsa.
Nos queda claro
entonces que si somos más dados a la iniquidad espiritual o sensual, como lo
son naturalmente los hijos de desobediencia, debemos rever si realmente por
quién nos dejamos impulsar, si por el enemigo o por el Dios Todopoderoso. Si el
enemigo es el impulsor de nuestra vida, tendremos que mirar la cruz y
convertirnos.
Virtualmente los
cristianos que estamos viviendo en el espíritu, debemos saber que cada uno
tiene su lugar propio designado en el cielo, del cual, en tiempo debido,
tomaremos posesión.
Rubén Pelegrina
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