viernes, 22 de julio de 2011

Salmo 119 La excelencia de la Palabra de Dios (13° Parte)


Salmos 119:97-104  ¡Oh, cuánto amo yo tu ley!  Todo el día es ella mi meditación.
98  Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos, porque siempre están conmigo.
99  Más que todos mis enseñadores he entendido, porque tus testimonios son mi meditación.
100  Más que los viejos he entendido, porque he guardado tus mandamientos;
101  De todo mal camino contuve mis pies, para guardar tu palabra.
102  No me aparté de tus juicios, porque tú me enseñaste.
103  ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.
104  De tus mandamientos he adquirido inteligencia; por tanto, he aborrecido todo camino de mentira. Mem

Comentario:
El salmista nos enseña al menos dos cosas: el significado que tiene la palabra de Dios en su vida y al mismo tiempo nos dice que significará lo mismo en cada uno de nosotros, siempre y cuando meditemos en ella cada día de nuestra vida.
Es de notar en este párrafo repetidamente la conjunción causal de la palabra “porque”, que introduce una oración subordinada al tema que explica, por ejemplo: “Más que todos mis enseñadores he entendido ´porque´tus testimonios son mi meditación”.
Como seres humanos nos agrada pensar en lo que amamos. Si amamos la Biblia, nos agradará llevarla en el celular, en el ipod o de todos modos en el papel, en la cabeza y en el corazón para pensar en ella.
Por meditar los testimonios de Dios entenderemos más que nuestros profesores, (v.99) porque la palabra escrita es la guía más segura a la verdad, más que todo lo que nos puedan enseñar los padres, los profesores y pastores de la Iglesia.
V. 97 En el comienzo nos brinda el secreto principal, “¡Oh, cuánto amo yo tu ley!”.  Con esa expresión quiso decir que no tenía palabras para expresar todo el amor que sentía. Eso significa que él la leía, la escuchaba en su pensamiento, la meditaba y la ponía en práctica. La voluntad de Dios trae gozo, paz, propósito, amor y esperanza al espíritu del hombre.
Nos llama la atención el énfasis que pone David en la necesidad de meditar en la palabra de Dios todo el tiempo. La palabra meditación envuelve una profunda determinación del aprender de Dios. En hebreo, esta palabra meditación significa aquellos sonidos o murmullos que la persona hace cuando medita, o reflexiona en voz baja. Así como cuando Ana oraba en el templo;  (1° Samuel 1:12-13). La palabra de
Dios siempre debe de estar en nuestro corazón y en nuestra mente.
La palabra traducida a nuestro idioma español, viene de una palabra que significa estudiar con devoción, reflexionar, involucrando una profunda determinación de aprender de la palabra de Dios. Todo lo contrario a leer solo por leer; se puede ilustrar la meditación con lo que hace una vaca cuando está rumiando su comida, revolviéndola una y otra vez. Esta meditación es cuando uno estudia, piensa, analiza y medita en la palabra de Dios una y otra vez. Las razones para hacer esto son las siguientes: 1- Para reconocer a Dios como el autor de ella.
 2- Para que las podamos entender y digerir, (Deuteronomio 29:29; "Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.").
3- Para entender el contexto.
4- Para considerar todo lo que la Biblia dice de una cuestión o tema.
5- Para adquirir inteligencia (v.104)
Mientras más entendimiento obtengamos de los preceptos de Dios, más arraigado será nuestro odio del mal; y más preparados estaremos en las Escrituras y mejor equipados  para responder a la tentación.

Rubén Pelegrina

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