lunes, 2 de abril de 2012

Salmo 146 Alabanza por la justicia de Dios (2° Parte)

Salmos 146:4-6 Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos.
5 Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en Jehová su Dios,
6 El cual hizo los cielos y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay; que guarda verdad para siempre,

Comentario:
Vs.4-6 Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos”. El texto tiene su significado que a primera impresión es un poco complicado entender y es la continuación de lo que el salmista viene diciendo. Es como si una persona desea confiar en alguien poderoso, entonces el escritor le sugiere que no lo haga, pues hasta el más poderoso muere, dice él, se vuelve polvo; y ese día mueren con él todos los planes que hizo. Quedando así todo en la nada.
La Biblia enseña en muchas partes por medio de contrastes, y ésta es uno de ellos. Entonces pone aquí una alternativa, la de confiar en el hombre o confiar en Dios. Entonces debemos saber una cosa, que si uno confía en el hombre, consigue lo que el hombre puede producir; sin embargo, si confía en Dios consigue lo que Dios puede producir o causar. ¿Está claro, entonces? ¿en quién confiaremos cuando nos hallemos en dificultades? ¿Cuánto puede durar un hombre poderoso? ¿Cuánto alcanza un mandato de gobierno? Por supuesto que poco, muy poco.
El verso 5 confirma lo dicho: ¡El Dios de Jacob bendice a los que en él confían!
En este tema que tocamos ahora, debemos comprender algo muy significativo, la liberación del mal, del pecado, de los errores, de la depresión y enfermedades mentales y de los desaciertos que cometemos, viene todo solamente de Dios en Cristo; lo demás puede ser ayuda u orientación. Pero el Dios que hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en él y que además vio y formó el embrión que en el vientre de nuestra madre estaba, es solo el único que puede liberar de todo lo malo.
Dios siempre cumple sus promesas: hace justicia a los que son maltratados por los más poderosos, da de comer a los hambrientos, y pone en libertad a los que se sienten en cautiverio, sea éste mental o físico. Si hubiera algún impedimento en el camino para que Dios actúe, esto interrumpirá la bendición.
La frase: “que guarda la verdad para siempre” nos hace pensar y reflexionar, es ése el carácter de Dios. Sugiere que Dios sí guarda y cumple las promesas y, así, la fidelidad de Dios se manifiesta para sustentar al hombre, al mundo entero y a todo el universo.  “Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten”. (Col. 1:17).

Rubén Pelegrina


No hay comentarios:

Publicar un comentario