sábado, 18 de junio de 2011

Salmo 119 La excelencia de la Palabra de Dios (9° Parte)

Salmos 119:65-72  Bien has hecho con tu siervo, oh Jehová, conforme a tu palabra.
66  Enséñame buen sentido y sabiduría, porque tus mandamientos he creído.
67  Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; mas ahora guardo tu palabra.
68  Bueno eres tú, y bienhechor; enséñame tus estatutos.
69  Contra mí forjaron mentira los soberbios, mas yo guardaré de todo corazón tus mandamientos.
70  Se engrosó el corazón de ellos como sebo, mas yo en tu ley me he regocijado.
71  Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda tus estatutos.
72  Mejor me es la ley de tu boca que millares de oro y plata. Tet

Comentario

La vara correctora de Dios permite muchas veces que gente buena sufra cosas malas con el fin de purificar y perfeccionar el camino de la persona para cierto llamado. Alguien le llamó a esto: obtener la graduación en la escuela de Dios. El escritor  se concentra en la nueva dirección que el Señor da a nuestras vidas después de permitirnos atravesar dificultades  y resultar “aprobados”. Somos alumnos en la escuela de la aflicción (67, 70), donde Dios es el Director , y el premio de graduación es el tesoro de su palabra.
La aflicción produce un beneficio tremendo que no lo vemos hasta que pasamos por la necesidad, la enfermedad, la muerte de seres queridos, la pérdida de bienes o cualquier tipo de dificultad; es cuando el ser humano se capacita para vivir de otra manera.
Vs. 65-67 Dios cumplió su palabra haciendo bien a su siervo  “tú has hecho bien…”(v.65); lo que lleva al siervo a pedir más enseñanza del buen sentido y sabiduría (v.66), confiando en lo que el Señor manda aunque la escuela en la que ha recibido el beneficio fue de la aflicción. El secreto para comenzar a guardar la palabra está en pasar la prueba y resultar aprobado, esta verdad se encuentra en (v.67) “Antes que fuera yo humillado…, ahora guardo tu palabra”.
V.68-70 También el beneficio se encuentra en tener un corazón dispuesto, aun después de pasar por tribulaciones, problemas o engaños, poder decir: “bueno eres tú y bienhechor” (v.68). El beneficio de haber modelado el corazón al corazón de Dios para que pase lo que pase, pensar y asegurar que el Señor es bueno y puede hacer sólo lo bueno. Por lo tanto, podemos ser discípulos dispuestos en su escuela, consagrándonos para enfrentar los ardides del maligno, guardando su palabra de todo corazón (ver v.56) y desarrollar la verdadera sensibilidad de un corazón que se deleita en Su Palabra (v.70)
Vs 71-72 Es en esta escuela donde nos diplomamos o se nos entrega la maestría y se aprenden los decretos del Señor (o sea, su palabra diseñada para nuestra obediencia) y también que se descubre qué tesoro es la Palabra, o sea, Su palabra diseñada para nuestra instrucción. Notemos en esta sección la preferencia de la idea de “bondad”: lo que el Señor ha hecho (v.65 y anteriores) y lo que él es, como lo expresa el v.68 y lo que nos otorga en este tipo de escuela.
Debo expresar que la aflicción de cualquier manera obra como una disciplina que produce salud, que hace que la gente espiritualmente llena de Dios aprecie en más alto grado la verdad y las promesas del mismo Dios.

Rubén Pelegrina