sábado, 21 de abril de 2012



Salmos 147: 8-11  Él es quien cubre de nubes los cielos, el que prepara la lluvia para la tierra, el que hace a los montes producir hierba.
9  Él da a la bestia su mantenimiento, y a los hijos de los cuervos que claman.
10  No se deleita en la fuerza del caballo, ni se complace en la agilidad del hombre.
11  Se complace Jehová en los que le temen, y en los que esperan en su misericordia.

Comentario:
Vs 8-11 Si comparamos estos versos entre sí, podremos descubrir que la ansiedad por la que muchos hoy deambulan, es producto de no confiar en Dios plenamente, en las buenas y en las malas y de confiar en sí mismos a través del esfuerzo personal, prácticas de evocaciones mágicas, o inteligencias orientales e hindúes, como así también impulsos a creer y practicar la ley de la atracción. Esto genera un entusiasmo momentáneo y con el paso del tiempo crea una inmensa desilusión que lleva a la zozobra y hasta la depresión. Un verdadero cristiano debería aferrarse plenamente a Dios y no prestar atención a fábulas o supersticiones.
La Escritura afirma constantemente que Dios se complace en los que le temen a Él (v.11).
Si Dios da mantenimiento personalizado a la bestia y a los hijos del cuervo, animal despreciado por muchos, podemos creer que más atenderá a un hombre que es su hijo y mucho más que un pajarillo en toda su necesidad. “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?” (Mateo 6:26) 
Solo que debemos aprestarnos a cumplir algunos requisitos que debemos cumplir. El v. 9 dice que los hijos del cuervo claman, debemos aprender a clamar.Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”. (Mateo 7:7)
También hace referencia que debemos temer y por último esperar en su misericordia. “El Señor protege a quienes lo siguen. Él cuida de quienes ponen su confianza en su fiel amor. El Señor los salva de la muerte y los reanima cuando están hambrientos.
Nosotros esperamos que el Señor nos ayude porque él es nuestro apoyo y nuestro protector. Porque lo amamos y es el único en quien podemos confiar. "Señor, danos la misericordia que esperamos." Salmos 33:18-22  (V.PDT)
En vez de copiar de las aves, gastamos mucho esfuerzo tratando de perfeccionar nuestras habilidades o de incrementar nuestra fuerza. No hay nada malo en ello, es más, nuestros talentos pueden usarse para glorificar a Dios. Pero cuando usamos nuestras habilidades sin considerar a Dios, esto se torna en esfuerzo de muy poco valor. Es nuestro temor (reverencia) y confianza lo que Dios desea.
Cuando Dios vea que nuestro deseo se inclina por Él, usará nuestras habilidades y fuerzas de formas mucho más grandiosas de lo que nos podamos imaginar.
Rubén Pelegrina

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