Salmos 137:1 Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos, y aun llorábamos,
Acordándonos de Sion.
2 Sobre los sauces en medio de ella colgamos nuestras arpas.
3 Y los que nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos, y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo: cantadnos algunos de los cánticos de Sion.
4 ¿Cómo cantaremos cántico de Jehová en tierra de extraños?
5 Si me olvidare de ti, oh Jerusalén, pierda mi diestra su destreza.
6 Mi lengua se pegue a mi paladar, si de ti no me acordare; si no enalteciere a Jerusalén como preferente asunto de mi alegría.
7 Oh Jehová, recuerda contra los hijos de Edom el día de Jerusalén, cuando decían: Arrasadla, arrasadla hasta los cimientos.
8 Hija de Babilonia la desolada, bienaventurado el que te diere el pago de lo que tú nos hiciste.
9 Dichoso el que tomare y estrellare tus niños contra la peña.
Comentario:
Este salmo expresa una realidad cuando echamos una mirada hacia el pasado y hacia algo lejano en el espacio retrospectivo de lo que alguna vez algo bueno experimentamos, y cuando ahora nadie puede arrancar de nuestro interior notas de alegría o canto. Éste se ha ido lejos y es inalcanzable, el solo hecho de pensar en estar contento, no se puede experimentar, no se consigue obtener melodía en el alma.
Se dice que fue escrito poco después del regreso de un cautiverio en Babilonia. Los israelitas habían sido llevados allí por haber dejado de seguir a Dios; pero estando allí cautivos, recordaron lo bueno que era alabar a Dios en Jerusalén y estar contentos por esto.
No valoramos lo que tenemos y lo que Dios nos ha dado hasta que lo perdemos. Mi experiencia dice que esto es real cuando una vez experimenté la sustracción de todos mis bienes durante la noche mientras dormía. Ya no podía pensar en la recuperación y el solo hecho de recordar qué bien me sentía cuando los tenía, aunque no los valoraba entonces, me hacía mal.
Vs.1-4 Los enemigos habían llevado cautivos a los judíos desde su propia patria a Babilonia. Entonces se dedicaban a insultarlos y además como si fuera poco les exigían estar alegres y cantar. Esto se convertía en un martirio, porque solo sabían o podían cantar alabanzas de Sion. Nunca hay que dar placer a los burladores y les responden que no pueden cantar porque están apenados y que la canción que saben es solo un acto de adoración para el Señor y no para cantarla a idólatras.
Vs. 5-7 Ellos no se habían olvidado de Dios, estaban sujetos a esclavitud y su gran temor era hacer algo indebido, cantar para lo que no glorifica a Dios; entonces preferían que la mano derecha se les seque con la que tocaran el arpa o que la lengua se les pegue al paladar que usar mal el cántico de Dios o la mano de la alabanza.
Vs 7-9 El salmista repite una especie de ley que ya fue abrogada, ojo por ojo y diente por diente, que como ellos le habían hecho, ahora les fuera hecho. Arrasaron los cimientos de sus casas, desolaron la ciudad de Jerusalén y mataron a sus hijos contra la roca.
Lejos esté de nosotros el vengarnos de esa manera, es mejor dejar todo a Dios que dijo: “Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo”. (Hebreos 10:30). “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. (Romanos 12:19)
Rubén Pelegrina
Excelente comentario
ResponderEliminarDios, gracias porque podemos alabarte, líbranos de perder esa oportunidad de adorarte libremente. Que podamos en éste tiempo valorar esa libertad de alabarte. Bendito seas Rey de Reyes y Señor de Señores. Amén.
ResponderEliminarMuy buena explicación Gracias
ResponderEliminarGloria y honra sean para nuestro señor Jesucristo..!!! Bendiciones
ResponderEliminarCómo puedo recibir estos bosquejos? Bendiciones
ResponderEliminarSólo nuestro gran Y poderoso Dios, Jehová Sadhay, merece toda Gloria, honrra y alabanza..
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